martes, 5 de abril de 2022

CARTA A MARIANA, A OJO DE BUEN CUBERO

Querida Mariana: esta carta, como todas, es sólo para vos. Porque contaré lo que siempre has preguntado: ¿cómo se veía la estatua de Belisario Domínguez en el centro del antiguo parque central? La estatua es la misma que treparon al Mirador (ahí se veía minúscula), la que está ahora en la entrada del bulevar, llegando de Teopisca (tiene una vista que no desentona). En el parque se veía monumental. El parque de entonces era la mitad de lo que ahora es. Si pensás que la ampliación del parque actual formaba toda una manzana, estamos hablando de que el parque se amplió en cien metros por un lado y cien metros por otro, más o menos. A ojo de buen cubero, imaginá que el parque central antiguo tenía la misma área, cien por cien. A la mitad del parque estaba la estatua de Belisario. Hice (perdón por ser tan reiterativo) un dibujito a ojo de buen cubero, con las probables dimensiones que tenía la base y la escultura. Actualmente, perdón, también a ojo de buen cubero miro que la base que soporta la estatua, en el bulevar, más o menos mide lo mismo que don Belisario; es decir, mide, en total, como 8 metros. ¿Sabés cuánto mide la Giganta, de José Luis Cuevas, que está en el patio central de su museo? 8 metros. Así pues, se puede decir que la estatua de Belisario es gigante (ayudado con la base, claro). El escultor Luis Aguilar Castañeda, con su mirada de artista experto, sostiene que la estatua de Belisario está un tantito desproporcionada, no corresponde al canon griego, de las ocho cabezas. En efecto, a ojo de buen cubero, uno mira que tiene menos, por eso hay algo que rompe con el ideal estético. Pero, esta estatua está en Comitán, desde los años sesenta, cuando la colocaron en el centro del parque. Sí, querida mía, la estatua era impresionante, porque, imponía su presencia en un lugar que no tenía la amplitud. He visto fotografías de algunos visitantes al museo de Cuevas y ellos se ven disminuidos ante la monumentalidad de la imagen. En este boceto que te regalo puse a un monito a escala humana, para que más o menos mirés la altura del monumento. El otro día, Malena Guillén platicó que ella, con sus hermanos y amiguitos, jugaban alrededor de la escultura, porque el espacio de la base estaba delimitado por un círculo que, a su vez, tenía postes chaparritos donde estaba engarzada una cadena. Esa cadena servía a los niños de entonces para columpiarse tantito. Por favor, imaginá el tamaño de un niño de ocho años, ponelo al lado de la persona que dibujé y pensá la monumentalidad de don Belisario ante la mirada de una criatura. A lo que dice Luis debería agregarse que la estatua desproporcionada estaba colocada en un lugar que no tenía las proporciones ideales para estar. He visto que las esculturas monumentales que existen en otras ciudades están en lugares abiertos y, por supuesto, nada tienen que ver con la altura de la estatua de don Belisario. Esas esculturas monumentales tienen veinte, treinta o sesenta metros. Uf, son inmensas, pero, insisto, están en lugares abiertos. Lo que sorprendía a comitecos y visitantes en los años sesenta y parte de los setenta, es que la estatua de don Belisario competía en altura con los árboles circundantes, las personas se veían más pequeñas porque no existía amplitud. En el lugar donde ahora está no impone como sí lo hacía en el centro del parque central. Tiempo después que terminaron la ampliación del parque, para dejarlo de las dimensiones que ahora tiene, hubo una réplica de la estatua que está en el antiguo edificio del Senado de la República y un día las autoridades municipales determinaron pasarla al centro del patio del palacio municipal, lugar donde está actualmente. Es una historia simpática, extraña, por decir lo menos. De una presencia rotunda, don Belisario Domínguez pasó a no tener rastro en el parque central de su pueblo natal. Posdata: hemos dicho en muchas ocasiones que el sentido de los bustos y estatuas es fortalecer la memoria de esos personajes. En el parque central del pueblo hay un busto de Benito Juárez (así se llama nuestro parque, en forma oficial), otro busto de Pantaleón Domínguez, uno más de Mariano N. Ruiz. ¿Y tío Belis, ‘apá? Ah, tío Belis está en el patio central del palacio municipal y, lo sabemos, aunque es la casa del pueblo, este espacio (es normal) está cerrado en muchas ocasiones. El domingo, por ejemplo, nadie puede ver la estatua de tío Belis. ¿Un grupo de ciudadanos desea rendir un homenaje al máximo héroe civil de la patria, dejar una ofrenda y tomarse la foto del recuerdo? Ah, pues tiene que solicitar permiso. ¿Y si es domingo, ‘apá? El proceso se dificulta y en muchos casos se imposibilita. Historia simpática. Esto lo digo a ojo de buen cubero.