martes, 3 de mayo de 2022

ARENILLA, CON REFRESCO Y HUESO

Querida Mariana: esta fotografía está en el muro de Carlos Rojas Irecta. ¿Es él quien baila con esta niña bonita? No lo sé. Hay dos elementos que llamaron mi atención y me permiten casi casi asegurar (pucha, siempre tengo dudas) que esta fotografía corresponde a los años setenta. Donde no hay duda es el lugar donde fue tomada la imagen: el portal poniente, frente al parque central de Comitán. Sé que debo darte referencias, porque vos, en esos años, no eras ni siquiera anteproyecto de vida. Donde está la pareja de danzarines ahora están los cafés al aire libre (el Italian Coffe, la Esquina de Belisario). ¿Sí? Ahora, un elemento me permite casi casi asegurar que esta foto no fue tomada en 1971 o 1972, sino de 1973 en adelante (si el que baila es Carlitos, él debe tener la fecha precisa y saber el nombre de su pareja). ¿Por qué digo que fue tomada en 73 o en años posteriores? Porque ahí está el anuncio de la Pepsi, chequé en el Internet que en 1973 hubo modificación de su logotipo y comenzaron a usar éste. Antes, la Pepsi incluía la Cola en su nombre (sin albur). Pero, en algún momento la Pepsi perdió la Cola y quedó como actualmente está: ¡Pepsi! No me hagás caso, pero hace tiempo alguien me platicó que hubo un sorteo entre las dos famosas empresas de refresco de cola, quien perdiera eliminaría la palabra cola de su marca y perdió la Pepsi. No sé si sea cierta la anécdota, pero coincide con la realidad, la Pepsi Cola dejó de usar la Cola y se quedó sólo como Pepsi. La Coca Cola ha modificado su logotipo, pero siempre conservando las dos palabras. ¿Cuál es el otro elemento que permite asegurar que es una imagen de los años setenta? La vestimenta, la de los danzantes es una vestimenta tradicional que no permitiría ubicar la época, salvo, tal vez, los zapatos de la chica, porque el chico usa huaraches, y los huaraches son intemporales. Pero, el compa que se ve en el lado izquierdo, al lado del chico danzante usa una camisa con estampados y tiene una cabellera larga, ah, la moda de los años setenta. ¿El danzante también tiene la cabellera larga? Parece que sí. Los organizadores del acto cultural improvisaron un templete de madera para que ahí danzara esta pareja. ¿Cuál fue el motivo? ¿Qué danzan? Quién sabe, pero se ve que fue un acto muy concurrido. ¡Cuánta gente reunida para ver a la pareja! Sin duda que no sólo ellos participaron, este baile fue un número más de un programa. La chica faldea y el chico coloca sus manos detrás, en una clásica posición de zapateado. Si ponés atención escucharás el disco de marimba que los hace bailar. El chico, como es costumbre, galantea con la chica, que, naturalmente, se hace del rogar. Pero ya, metido en el argüende, te invito a que mirés con atención el anuncio luminoso de la Pepsi (que esa noche no estuvo encendido) y veás las letras superiores. ¿Alcanzás a ver qué dice? Dice Martínez. ¿Mirás? Sin duda que anunciaba el famosísimo restaurante de don Julián y de doña Caritina. ¿Don Julián? Sí, el famoso tío Jul, el de los Huesos de Tío Jul, el de los taquitos estilo Tío Jul. Ah, genial. Sí, te he platicado que recuerdo que, en mi infancia, íbamos con mi mamá a comprar tamales de azafrán, en el negocio de Tío Jul, ahí, en el portal. Ah, jamás volví a probar tamales de azafrán tan exquisitos. El otro día, alguien comentó que la mami de mi amiga Maricruz Aguilar Gordillo hace unos muy ricos. Ahora ya no como tamales y no tengo manera de comprobar el dicho, que no lo dudo. Me quedo con el recuerdo maravilloso de los tamales que tío Jul vendía en aquellos años. La empresa Pepsi había hecho trato con don Rafa Pascacio y en sus salas cinematográficas (Cine Comitán y Cine Montebello) era el refresco que vendían. Mi papá era distribuidor de la Coca Cola y había hecho trato en la escuela primaria Fray Matías de Córdova. Fui un niño consumidor de Coca Cola, en las mañanas, y de Pepsi, en las tardes. A la hora del recreo escolar compraba una Coca Cola y galletas saladas (las hoy llamadas crackets). Ah, era la combinación ideal. En la tarde, cuando iba al cine, compraba una Pepsi (servida en un vaso encerado) y una orden de tacos dorados. Ah, mezcla genial, insuperable. Posdata: esta fotografía es de los años setenta. Donde los chicos bailan era la calle, acá (como ya lo dije) colocaron un templete de madera como escenario para el acto cultural). Muchos años después, la autoridad municipal hizo “un templete” corrido, ya permanente. Ahora, los comitecos y visitantes acudimos a tomar un café, una limonada, un té, una cerveza o una Coca Cola en los cafés al aire libre, debajo de las sombrillas.