jueves, 8 de febrero de 2024

CARTA A MARIANA, CON INTELIGENCIAS

Querida Mariana: todos lo hemos escuchado, en un momento alguien dice: “fulanita es muy inteligente” y eso causa un ¡oh! de admiración. Ser inteligente es indicativo de que la tal fulanita anda en otra dimensión, muy lejos del común denominador, porque son más los bobos que los inteligentes, es ley natural. En mi buró siempre tengo un libro de cuentos del escritor hebreo Isaac Bashevis Singer, escritorazo, quien nació en la tierra de los ancestros de mi amado amigo Abraham Gutman: Polonia. El primer cuento que aparece en esa antología, preparada por él, es uno que se llama “Gimpel, el tonto”. El texto está narrado en primera persona y comienza diciendo que él es el tonto, aunque no se considera un tonto. Los demás lo molestan, nunca faltan los jodones, él, a final de cuentas, se reconoce como un ingenuo, que cree en la fe de los otros, pero ya sabemos cómo son los otros. Digo esto, porque se considera que la inteligencia está en el otro extremo de la tontería, los inteligentes no son tontos y los tontos no son inteligentes. Cuando alguien dice que fulanita de tal es muy inteligente, ¿qué quiere decir? Bueno, si buscamos la definición de inteligencia hallaremos que una persona inteligente es alguien que posee la capacidad de entender o comprender, que puede resolver los problemas que se le presentan. ¿Los bobos no entienden? Julián tenía un cierto retraso mental (discapacidad le llaman ahora) y la tía Inés lo mandaba al mercado todos los días y Julián regresaba con lo solicitado, cuando la tía revisaba el pedido hallaba que todo estaba perfecto. Julián no era bobo, aunque en la cuadra los demás niños, los pinches jodones, le decían ¡bobo!, y cuando lo decían se botaban de la risa, se burlaban. El mundo es cruel. Los bobos eran ellos, porque no se daban cuenta que la naturaleza había sido más o menos pródiga con ellos y no con Julián. Su supuesta inteligencia debería permitirles ver que no debían burlarse de quien tenía una condición especial, al contrario, reconocer sus logros, porque a Julián le costaba un poco más esta vaina de la vida. Él hacía bien todo lo que le mandaba hacer la tía Inés, todo, todo. Le costaba un poco más, se tardaba en sacar punta al lápiz, en elegir los ramos de cilantro, pero al final dejaba el lápiz con una punta exquisita y el cilantro era el más fresco. ¿Quién es inteligente? ¿Todo mundo comprende y resuelve los problemas que se le presentan? No, no todo mundo tiene fortalezas para todo. Todo mundo entiende unas cosas y se le dificulta la aprehensión de otras materias. Lo vemos en los salones de clase, todos los días, ahí está Rosita que es habilidosísima para resolver problemas de matemáticas, pero tiene cierta dificultad para resolver problemas de química. ¿Eso quiere decir que es inteligente para la matemática y boba para la química? A principios del siglo XX todos pensaban que la inteligencia estaba reservada para la raza humana. Hoy, con los adelantos tecnológicos sabemos que existe algo que se llama Inteligencia Artificial (IA), bueno, en realidad en inglés es al revés volteado AI (Artificial Intelligence). ¿Con qué se come eso? Ah, es materia compleja, complejísima; pocos lo entienden. Esto que digo ¿significa entonces que los demás somos bobos, porque no tenemos la capacidad de comprender cómo funciona lo de la IA? En realidad ni vos ni yo somos bobos, pero ni vos ni yo entendemos cómo funciona el Internet. Recuerdo que muchos amigos de mi generación se preguntaban cómo funcionaba la radio, cómo era posible que, en sus casas, pudieran escuchar las voces de personas que estaban en otro lado del mundo. Esto no significaba que mis amigos fueran bobos o, como decían, poco inteligentes. Los creadores de la IA nos han dado pistas para que vayamos rumiando el concepto, a partir de ahora debemos entender que hay una IN (Inteligencia Natural) y una IA (Inteligencia Artificial); esta segunda inteligencia fue creada por la primera inteligencia, pero, ¡Dios bendito!, el día menos pensado la IA puede superar a la IN y crear un caos donde nadie, nadie entienda algo y todo mundo sea bobo, porque sólo una inteligencia superior dominará el mundo. ¡Ah, pues, pinche Alejandro, esto suena muy a fin del mundo! Bueno, del mundo ¡no!, pero sí del género humano. Ya los científicos nos han dicho que el mundo se extinguirá mucho después que la raza humana. Posdata: Octavio Paz era muy listo para escribir ensayos inteligentísimos, pero era muy bobo en sus relaciones humanas, era un soberbio poco inteligente. ¡Tzatz Comitán!