sábado, 29 de diciembre de 2007

Dios también resuelve crucigramas (34)

Hubo un tiempo en que pensé debía abandonar Barra Oxidada e ir a un lugar en donde escuchara la voz de las Evas de este mundo para compensar mi inventario de palabras dichas por hombres. "Pues sólo que te vayas a un burdel, pero no creo que eso le vaya a gustar a Ausencio", me dijo don Artemio. Cuando me platicó bien a bien qué era un burdel y supe que no lo frecuentaban sólo mujeres sino también hombres deseché la idea de ir. "Pues qué chingados, vete a un convento", me sugirió entonces don Artemio. Cuando supe que las monjas sólo meditaban y rezaban intuí que tampoco era lo que buscaba. Le dije a don Artemio que tampoco el convento era el lugar que yo buscaba, entonces él se limpió las manos con su mandil y dijo: "Pues entonces vete a un bosque y métete una vara en el culo". Yo no le dije nada, pero pensé que tampoco era una buena opción.

(Continuará)