lunes, 24 de diciembre de 2007

Nacimientos


No hay un manual de instrucciones, pero todo es muy sencillo. El aserrín sirve para hacer caminos, el algodón para hacer el cuerpo de los borreguitos, y los lagos se forman con pedazos de espejos.
Se busca un esquinero de la sala para hacer el "nacimiento", especie de síntesis del mundo.
Todo es muy sencillo: en el nacimiento todo es posible. Al lado de un camello en medio del desierto aparece un dinosaurio de plástico; al lado de una carreta tirada por bueyes aparece un avión caza, made in China. Todo es posible, todo cabe en un nacimiento sabiéndolo acomodar.
Todo es muy sencillo, basta caminar con rumbo a Margaritas, basta pararse al lado de la carretera antes de llegar a Cash, basta subirse el cuello de la chamarra y mirar con rumbo a Comitán. Comitán es uno de los nacimientos más hermosos jamás soñados, jamás construidos.
Basta cerrar tantito los ojos y luego volverlos a abrir para ver ese caserío desparramado sobre el cerro.
Hay que estar en Cash antes de que el sol se oculte, para que la magia de los foquitos invoque el prodigio.
Todo es muy sencillo.
Claro, para esto uno debe estar en Comitán.
¡Feliz navidad a los lectores de este cuaderno de apuntes!