miércoles, 13 de octubre de 2021

CARTA A MARIANA, CON UN CANTO DE VIDA

Querida Mariana: Laura Alfonzo compartió una fotografía del general Miguel Utrilla Trujillo en redes sociales. Me brincó el nombre de inmediato, porque así se llama la calle que va del parque central al mercado, en San Cristóbal de Las Casas, calle que, antes de la pandemia, caminé en los viajes que realicé para entregar la revista Arenilla. En esa calle está la librería donde compré dos o tres libros; más adelante una panadería (El horno mágico) donde compraba pan integral y que ocupa un local de la casa donde mi tío Pepe Alfonzo Molinari tenía su farmacia. Una cuadra antes de llegar a la plaza donde está el magnífico templo de Santo Domingo está, precisamente, la Casa Utrilla, que tiene un restaurante en su patio central y ocupa algunas habitaciones para mostrar una síntesis de la historia del general Utrilla, quien nació en San Cristóbal. Ese patio generoso también se utiliza, en las noches, para conferencias, conciertos y recitales poéticos. Tengo varios amigos que han estado ahí en las presentaciones de libros. Vi la fotografía que compartió Laura y me brincó el nombre. Salvo los conocedores de la historia de Chiapas, existe una mayoría de chiapanecos que desconoce cuáles fueron las gracias del general Utrilla. Por eso, ¡qué bueno!, las salas que se destinan para difusión de su vida y obra, sirven para acercarnos a la vida de tan ilustre personaje. Dos cosas llamaron mi atención: participó en la Batalla de Puebla contra los franceses, en 1863, y fue gobernador de Chiapas, en 1879. Ya sé que en este momento estás pensando en nuestro paisano el general Pantaleón Domínguez. Don Pantaleón participó en la Batalla de Puebla contra los franceses, en 1863, y fue gobernador de Chiapas, en 1864. ¿Mirás? Dos personajes históricos de pueblos vecinos, que coincidieron en tiempo y en espacios, en el campo de batalla y en la silla gubernamental. Don Pantaleón tiene un busto en el parque central de Comitán, sus restos mortales reposan en el panteón municipal del pueblo. En los años sesenta, la cancha de básquetbol (donde ahora está el gimnasio municipal Roberto Bonifaz Caballero) llevaba su nombre. Los jugadores decían: “Nos toca juego en la Pantaleón”. Pero miento, no sólo llamó mi atención los datos que consigné del general Utrilla, ¡no! La foto que subió Laura incluía una frase que ahora comparto con vos: “Mi último voto es que la libertad en Chiapas tenga en cada corazón un altar, en cada hogar un templo y en cada ciudadano brazos que la sostengan”. No sé qué pensás vos, pero a mí se me hace una frase genial, certera y muy bien dicha. Esta frase debería tener una profusa difusión para honrar la memoria de tan distinguido personaje y para hacer conciencia del pensamiento del siglo XIX que debe ser guía para los chiapanecos del siglo XXI. Dale otra vuelta, yo lo he hecho en varias ocasiones. Me fascinó el pensamiento de este paisano de mi papá: que la libertad tenga en cada corazón un altar, en cada hogar un templo y en cada ciudadano brazos que la sostengan. El 28 de agosto pasado estuvo en Comitán el presidente de la república, vino a conmemorar el bicentenario de la firma del acta de independencia, que fue secundada por San Cristóbal de Las Casas cinco días después, el 3 de septiembre de 1821. Hoy, con la misma emoción, los comitecos hacemos nuestra la frase del general Utrilla. Posdata: desde que comenzó la pandemia dejé de viajar al pueblo de mi papá. Primero Dios pronto volveré y al recorrer la calle del general Utrilla recordaré la frase genial que nos legó: que la libertad tenga en cada corazón un altar, en cada hogar un templo y en cada ciudadano brazos que la sostengan. ¡Qué buen remate! En cada ciudadano brazos que la sostengan. Caminaré, primero Dios, en libertad; pasaré a la librería, compraré un pan integral y en la casa donde vivió el ilustre personaje me sentaré en una mesa del patio central, pediré una limonada sin azúcar y escucharé marimba.