jueves, 7 de octubre de 2021

CARTA A MARIANA, CON UN RECUERDO LLENO DE LUZ

Querida Mariana: el maestro Julio Avendaño (en paz descanse) decía que una de sus aficiones era revisar álbumes fotográficos. Era igual que el tío Emiliano quien tenía una mesita en la sala con álbumes fotográficos y los revisaba todas las mañanas. Las nietas Emilia y Emiliana no lo entendían, siempre bromeaban: ¿Ya se cortó la barba el abuelo Emilio?, le preguntaban al abuelo y reían. La abuela las echaba de la sala arriándolas con la escoba, ellas reían. A mí no me obsesionan las fotografías a tal grado, pero sí disfruto verlas, sobre todo las fotografías antiguas, las que muestran espacios ahora modificados. Cuando veo una fotografía con personas que ya no viven, pienso que cada una de ellas es compendio de una historia y me gustaría conocer esos testimonios de vida; pienso que los escritores de ficción tienen esa misma pretensión y cuando es imposible acceder a las historias reales les arman historias ficcionales, porque, ya lo dijo Gabo, la vida no es como fue sino como es contada. Hace varios días recibí en inbox esta fotografía, me la envió mi amiga Socorro Trejo Sirvent, poeta que recibió el Premio Chiapas en 2018. Ni ella ni yo recordamos con precisión la fecha. Tal vez ahora invente algo. Si lo hago, sería conveniente dividir el testimonio en dos partes: la que tiene datos veraces y la parte que contiene supuestos. Voy pues a lo obvio. ¿Quiénes estamos acá? Y digo estamos porque soy quien levanta la mano izquierda en la fila de atrás. Bueno, como se estila, menciono de izquierda a derecha: primero está Marvey Altuzar, luego está Carito Trejo, María del Rosario Bonifaz, doña Lolita Albores, Socorro Trejo y Fernando Trejo. Como los últimos serán los primeros, menciono ahora a Paco Flores, quien está detrás de doña Lolita, y lo menciono al último, porque él fue anfitrión esa noche. Sí, estamos en su casa. Hasta acá, todo es cierto. Pero, le pregunté a mi amiga Marvey: ¿cómo afirmás que quien está a tu lado es Carito Trejo, hermana de Fer e hija de Socorrito? Vos no te sorprenderás cómo funcionan las mentes femeninas, pero yo sí me sorprendí, dijo que recordaba el vestido de mezclilla que usaba Carito. Siempre me sorprende la capacidad mental de las muchachas bonitas. Si hago una acción me concentro y soy incapaz de atender a otra acción, por eso me cuesta mucho trabajo reaccionar con premura ante una eventualidad. Doña Lolita, quien está sentada en la cabecera de esta generosa mesa, era capaz de aprehender los detalles de cinco cosas a la vez: atendía a una parturienta, mientras veía la televisión, escuchaba la radio, platicaba con los amigos y sabía de qué platicaban las dos personas que estaban en la calle, debajo de su balcón. Todo lo pepenaba con gran exactitud. ¿Cuál fue el motivo de la reunión? Sin duda que fue colofón de un acto cultural que se efectuó en la Casa Museo Doctor Belisario Domínguez. Paco nos invitó a cenar, a tomar una copita (doña Lolita está a punto de levantar el brazo y decir, con voz de declamadora: “Salud, hermanos del alma, ¡salud!” Lo que no recuerdo es la fecha aproximada. Un dato sería la edad de Fer, que era un niño y ahora ya creció y está convertido en una voz poética importante de Chiapas. ¿Qué edad tenía Fer? Casi casi se mira que acaba de salir de la escuela, porque el suéter parecería ser el que usaba en la escuela. Fer nació en 1985. Si llegáramos a saber cuántos años tenía acá, ya podríamos, más o menos, ubicar el año de la fotografía. ¿Más de cinco? Entonces la foto es de 1990 o 1991 o… Sí, la foto es de finales de los años ochenta o principios de los noventa. Todos estamos contentos, por la presencia de cada uno de nosotros y porque, sin duda, doña Lolita, como siempre, contó anécdotas y chistes que disfrutamos enormidades. Posdata: ¿quién tomó la foto? Casi estoy a punto de asegurar que fue Fer, el papá de Carito y Fer, y esposo de Socorrito, porque él siempre fue un fidelísimo acompañante de Socorrito a todos los lugares donde ella se presentaba en recitales, encuentros de escritores o presentaciones de libros. La salsa de Socorrito está hecha con el ajo de la promoción cultural, entre otros ingredientes. Fer, qué pena, falleció en esta pandemia. Socorrito se quedó con su recuerdo. En ocasiones, sin llegar a la obsesión del maestro Julio o del tío Emiliano debe revisar los álbumes donde hay muchas fotografías tomadas por su amado Fer. Sí, en esta fotografía, tomada en Balún Canán, aparecemos nueve luceros: Marvey, Carito, Marirrós, Paco, doña Lolita, Socorrito, Fer junior, Fer senior y el Arenillero. Bendito instante de hace treinta años. ¡Salud! Salud doña Lolita, miro que casi está a punto de levantar el vaso y decir: “Salud, hermanos del alma, ¡salud!”