lunes, 18 de octubre de 2021
CARTA A MARIANA, DONDE HAY NIETAS QUE HONRAN A LOS ABUELOS
Querida Mariana: imaginá que sos nieta de alguien muy famoso, por ejemplo: Gabriel García Márquez.
¿Qué harías? Imaginemos que sos materialista y que, de inmediato, hacés cuentas para ver cuánto tocará a la familia por las regalías de las ventas de la obra del Premio Nobel de Literatura; sin duda que la familia de García Márquez no tiene nada de qué preocuparse por la sobrevivencia económica de varias generaciones, casi tantas como las de la familia de José Arcadio Buendía, de “Cien años de soledad”. No da mi cabeza para imaginar la cantidad de paga que llega a los herederos de Gabo por las regalías. Todos los días, en todo el mundo, hay lectores que compran las novelas y los libros de cuentos de García Márquez. Toda su obra está traducida a muchísimos idiomas. Sólo para dar un dato portentoso, que abruma, diré un dato de hace diez años: de su novela “Cien años de soledad” se había vendido más de cincuenta millones de copias. ¡Qué maravilla! Si le pagaran peso por ejemplar, se habría embolsado cincuenta millones de pesos, pero como no fue escritor de a peso, si le agregamos un cero, entonces, la cuenta bancaria ascendería a quinientos millones de pesos, pero como tampoco era escritor de a diez pesos. ¡Dejemos ahí la cuenta!
Pero imaginá que, siendo nieta de Gabo, no sos materialista, que sos más idealista, más solidaria (más de acuerdo con tu carácter, mi niña querida). Entonces, un día entrás a la recámara de los abuelos, abrís los enormes guardarropas y hallás cientos de prendas de vestir que ahí siguen, que quedaron después de la muerte de Gabriel y de su esposa Mercedes. Entonces, como sos amiga de Ofelia Medina, se te ocurre una idea que siembra tres pájaros en una sola semilla: ofrecer esas prendas que ahí están inservibles, dar oportunidad a que los coleccionistas y fanáticos de la vida y obra de Gabo tengan una prenda personal, y ayudar a comunidades indígenas chiapanecas, a través de la fundación de Ofelia. Además, las personas que lleguen a comprar las prendas tendrán oportunidad de conocer parte de la residencia que habitó el Premio Nobel de Literatura, en el Pedregal de San Ángel, en la Ciudad de México.
Pues esto fue lo que pensó Emilia García Elizondo, nieta de Gabo. Y, mientras vos leés esta carta, ella recibe a personas en la residencia de Gabo y recibe paga a cambio de las prendas que fueron propiedad de sus abuelos.
Sí, habrá que decir que la lógica indica que las prendas más peleadas serán las del escritor, pero no faltarán personas que atesoren un abrigo que haya usado la amada Mercedes Barcha.
Alguien podrá pensar que es un absurdo comprar una corbata usada, pero otro será feliz al pensar que ese objeto fue propiedad de uno de los mejores escritores de habla hispana, en el mundo.
La nieta abrió las puertas de la casa y organizó algo como una venta de garaje, un genial bazar que denominó: “Venta de ropa de Los Gabos”. Ah, Los Gabos, qué genialidad. La paga que resulte será entregada a la gran Ofelia Medina (actriz que recientemente recibió el Ariel de Oro, por su trayectoria) y ésta convertirá la paga en ayuda para comunidades indígenas chiapanecas. ¡Pura ganancia! ¿No? Puro acto noble.
Esto de la ropa de los fallecidos resulta un problema para personas que tienen un guardarropa extenso. Muchas personas donan esa ropa para que las usen otras personas de escasos recursos económicos. Pero, en este caso, la chamarra que usó don Gabriel no es cualquier prenda, tiene un valor estimativo especial. Ese plus será empleado para brindar ayuda a comunidades que necesitan apoyos. La jugada es sensacional, generosa. Habla muy bien de la calidad moral de la nieta de Gabo y de Mercedes.
Posdata: no dudo que muchas personas sólo llegarán a curiosear. No todos los días se puede entrar a la residencia de Los Gabos (ubicada en la calle Fuego 144, del Pedregal), pero, asimismo, muchas otras personas llegarán a comprar alguna prenda que usó el genial escritor; incluso, muchos llegarán para luego revender esas prendas, porque en casas de subastas el peine que fue propiedad de un famoso alcanza altísimos precios.
Ahora te estarás preguntando qué pasará con la casa que habitó el famoso escritor. Al comentar la noticia del bazar, la nieta dijo que los herederos quieren convertir esa casa en un centro cultural, donde haya talleres de arte, en especial de literatura, periodismo y cine, tres de las pasiones de Gabriel.
Sí, estoy seguro que si vos fueras nieta de Gabo harías lo mismo. Te conozco. Sin ser nieta de famosos vos abrís tu mano en forma generosa y sembrás luz en tu breve parcela. Sos una buena comiteca, por eso me siento orgulloso de ser tu amigo.
Benditas todas las personas que siembran buenos actos pensando que la cosecha servirá para el prójimo. ¡Bendiciones para todos ellos! A veces, cien años de soledad, se convierten en días de grata compañía.