martes, 12 de octubre de 2021

CARTA A MARIANA, DONDE SE DICE QUE TODO LO HACEMOS ENTRE TODOS

Querida Mariana: por favor, mirá con atención la foto que anexo. Las líneas convergentes son festones, amarrados en la parte alta de la fachada del templo de Santo Domingo, y la imagen que se ve es la que estaba en el nicho superior. ¿Recordás que un día te mandé una fotografía donde llegamos a la conclusión que antes había una imagen en ese espacio y ahora ya no está? Pues acá está más visible la evidencia. La fotografía me la envió el licenciado David Esponda, hábil investigador de elementos culturales. Es un fotograma de un video en blanco y negro. David tuvo la paciencia para detener el video y tomar la imagen en el momento preciso. Ahora hay un debate por el manejo de las redes sociales. Los expertos dicen que quienes entramos al Facebook somos el producto y ni lo sabemos. Los expertos nos “venden” a las grandes empresas. Los algoritmos están diseñados para cada usuario. Hasta donde mi cabeza lo permite sí entiendo esto. En mi muro aparecen anuncios de lo que me interesa; es decir, el Facebook sabe qué me gusta, cuáles son mis obsesiones. El otro día entré en forma reiterada a ver páginas de galerías de arte. Quería escribir una Arenilla con el tema. Ahora, ¡Dios mío!, a cada rato encuentro en mi muro anuncios relacionados con galerías ¡Pucha! ¿Y ahora cómo lo evito? Imposible, este chunche tecnológico ya detectó que en mí hay un potencial cliente y me lanza el anzuelo. Eso es un ejemplo. Mi compa Roberto me dijo el otro día que Sam’s tiene un registro exacto de todas las compras que ha realizado en los últimos tres años. Un registro que él no tiene. Pues sí, cada vez que realiza una compra ahí da su credencial y los artículos ingresan a su gaveta. ¿Imaginás el control que Facebook tiene de nuestros gustos? Sabe qué vemos y con qué frecuencia. Casi casi sabe todo nuestro pensamiento, por eso, ahora los políticos emplean esta plataforma para captar posibles votantes. ¿Por qué digo esto si comencé hablando de la imagen que me envió el licenciado Esponda? Porque este chunche cibernético, como todas las cosas en el mundo, tiene su lado negativo y su lado positivo. Hay muchos que usamos esta herramienta para comunicarnos, para investigar acerca de nuestra historia local. Ahí está como ejemplo la página que creó Francisco, desde San Luis Potosí, y que se convirtió en un puente que une la orilla del pasado de Comitán con el presente para armar el rompecabezas de nuestra identidad. Digo que todo lo hacemos entre todos. Un día comenté que cuando derruyeron la manzana para la ampliación del parque central alguien tomó una fotografía donde aparece la imagen que acá se ve más clara. Por estar expuesta a la intemperie imagino que la imagen es de yeso. En esta fotografía se alcanza a ver que porta una capa magna y una mitra. Ahora está el nicho, bonito, pero vacío. Gracias a la comunidad de las redes sociales, a la colaboración de los integrantes, podemos completar elementos de nuestra historia. El Facebook lo hemos empleado para bien, para comunicarnos, para darnos abrazos virtuales y decirnos que formamos parte de una gran sociedad. La pregunta que asomó en aquella ocasión ya tiene respuesta. David dice que esta imagen fue retirada y ahora está resguardada en la bodega del INAH. ¿Algún día la restaurarán y la regresarán a su lugar original? ¡Ah!, sería genial. Imagino el guateque que se haría esa mañana de un 4 de agosto de un año de Dios. Repiques de campana, marimba y vivas. Posdata: ahora está el nicho esperando, está vacío. Los nichos tienen la vocación de estar hechos para resguardar algo valioso. Comitán tiene vocación de nicho, resguarda a personas luminosas. Esto lo advierten todos los visitantes y la mayoría de pobladores de este pueblo sensacional. Todo lo hacemos entre todos. Acá, David Esponda aportó una imagen valiosa.