domingo, 14 de mayo de 2023

CARTA A MARIANA, CON FESTEJO

Querida Mariana: hay personas que me dicen que ya basta de hablar de Rosario Castellanos. Las entiendo, pero no las justifico. Las entiendo, porque parecería una exageración tanto palabrerío para una mujer, cuando hay más personas interesantes que no son alumbradas por los reflectores de la fama. Pero, ¿acaso sabemos cuántas personas fuera de Comitán se interesan por la vida y obra de Rosario? Hay muchísimas personas que la estudian, porque ella, ¡nadita!, está considerada como una de las más grandes escritoras mexicanas del siglo XX. Ante eso pues no basta más que reconocer su genio, su particular modo de ver y describir lo que vivió e imaginó (imaginó poco, la mayoría de sus textos tienen su germen en la realidad). La novela “Balún Canán” no es más que la narración de su infancia y de la época que les tocó vivir a sus padres y a ella con la llegada de la orden del presidente Cárdenas para la Reforma Agraria, la que provocó que los papás perdieran su privilegio de hacendados. Rosario es nuestra paisana, por eso, los comitecos debemos hablar de ella, porque nadie más recreará su carácter y personalidad que estuvieron marcados por la cultura de nuestro pueblo. ¿Por qué seguimos hablando de Rosario? Tal vez porque ella, a través de su escritura, nos legó una visión del Comitán que le tocó vivir, lo hizo en forma espléndida. Ahora es la abuela que sigue contando sus recuerdos y es una abuela con gran capacidad narrativa. Nos seduce la forma en que su mirada niña y adolescente privilegió instantes para dárnoslos en herencia permanente. Rosario nació en la Ciudad de México, pero siempre se asumió comiteca, lo cual significa que los años que acá vivió fueron definitivos para su obra creativa. Y digo esto, porque el próximo 25 de mayo de 2023, el mundo de acá celebrará su cumpleaños 98, con reja de papel de china, confeti y marimba (por favor, ya no cuetes ni triques, estos chunches contaminan el aire y su tronadera afecta a los animalitos, las mascotas, los perros y gatos). Habrá, sin duda, lecturas de su obra por parte de estudiosos y entusiastas lectores de su obra; visitas a las dos casas identificadas donde vivió en este pueblo (privilegio que no tiene alguna otra ciudad del mundo); tal vez alguna representación teatral; y la tradicional entrega de ofrenda floral en los diferentes espacios donde ella está presente a través de esculturas y pinturas (el busto que realizó Luis Aguilar y que está en el parque central; el busto que está en el patio principal del Centro Cultural que lleva su nombre; el que permanece en una esquina de la entrada a la biblioteca pública que, también, se llama Rosario Castellanos; el retrato al óleo que realizó su amigo personal, el maestro Güero, y que permanece en el interior de la biblioteca). ¿Se habla mucho de Rosario? Pues sí, es orgullo de esta tierra. Mucha gente llega a Comitán, porque llega a conocer el pueblo de la escritora. He platicado que como “Balún Canán” está traducida al japonés, algunos visitantes lectores de aquel país viajan a Comitán para conocer la tierra donde ella nació y donde tiene su entorno la trama de la novela. Y así debe suceder con otros lectores extranjeros que tienen traducciones de la novela: inglés, alemán y demás lenguas. Es bueno recordar su vida y obra, es bueno seguir hurgando en sus entresijos mentales. ¡Hay tanto por analizar! Los estudiantes universitarios de literatura dedican sus tesis al análisis de su obra, la desmenuzan, por algo será. Rosario colocó el nombre antiguo de nuestra ciudad en todo el mundo, en ¡todo el mundo! Este 25 sonará la campana del templo de El Calvario, el templo más cercano a su espíritu, porque, en sus dos casas, lo tuvo a media cuadra; muy temprano, cuando todavía estaba en la cama o cuando jugaba en el corredor de esas casas escuchó el tañido de esos bronces y eso algo le dijo. Tal vez en alguna tarde escuchó que esas mismas campanas tocaban un sonido diferente, algo que sonaba a vuelo de pájaro negro, y su nana le explicó que sonaba a muerto, porque habría misas de cuerpo presente. Pero el 25 no sonará a muerto, porque aunque ella ya no está físicamente con nosotros, Comitán y el mundo de acá celebrará su vida, su cumpleaños número 98. Dentro de dos años, en 2025, el mundo entero conmemorará su centenario. Posdata: el amigo personal de Rosario, el comiteco Óscar Bonifaz, quien también nació en 1925, cumplirá 98 en septiembre. Primero Dios llegará vivo a celebrar su centenario. Bonifaz ya casi no sale de su casa, ¿cómo celebrará el cumpleaños de su amiga Rosario? ¡Tzatz Comitán!