lunes, 1 de mayo de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN ABRAZO A MIRTHA LUZ PÉREZ ROBLEDO

Querida Mariana: en el 6º Festival Balún Canán rindieron homenaje a la obra de Antún Kojtom (artista plástico) y a la obra de Mirtha Luz Pérez Robledo (poeta). El poeta Arbey Rivera (organizador del Festival) me invitó a participar en una mesa de lectura. ¿En el estacionamiento de la Central de Abasto o en el parque central de La Independencia? Elegí el segundo lugar y la tarde del 28 de abril, a las seis de la tarde, bajo el domo central, abracé a mi amiga Mirtha, con la lectura de un textillo escrito especialmente para ella. Tuve el privilegio de compartir mesa con tres relevantes poetas: Yelitza Ruiz (poeta de Guerrero), Pablo Medel (poeta de España) y Balam Rodrigo (poeta chiapaneco). Helena Ramos Pérez, maestra de ceremonias, me dijo que cada participante disponía de un tiempo de siete minutos, le comenté que por mí no se preocupara, en tres minutos habría agotado mi lectura. Todos los participantes fuimos muy respetuosos con la audiencia, cada uno leyó sus textos en no más allá de cuatro o cinco minutos. La calidad de los poemas que ellos leyeron hizo que el tiempo se diluyera y quedara la sensación agradable de querer seguir escuchando. Los cuatro, debo decirlo, leímos de manera casi excelsa. Ellos, aparte de ser grandes poetas, son magníficos lectores de su obra. No es algo frecuente, he escuchado a buenos poetas con una lectura tataratera; y también lo contrario: buenos lectores poetas con obra menor. La tarde del 28, tuvimos el goce de escuchar a tres magníficos poetas con una lectura soberbia. Qué buen homenaje para Mirtha; qué buen reconocimiento para Arbey y su equipo que realizan una labor maravillosa, llevando cultura a muchos foros, en muchos espacios de Comitán y de comunidades cercanas. Como no me acompañaste, me acompañó Paty, editora ejecutiva de Arenilla, te comparto el textillo que leí, textillo breve, que fue mi abrazo para mi querida amiga Mirtha: “Mirtha es poeta. Sus amigos celebran que Mirtha sea una poeta; se reúnen en torno a ella, porque es una hoguera que ofrece calor y luz; admiran su vuelo de colibrí incansable, que liba el néctar y luego lo comparte en forma agradecida y generosa. “Mirtha es poeta. Esto quiere decir que ella pepena piedritas, descuelga hojas de los árboles, hace un huequito en su mano y recoge agua limpia del río. Su mano la hace sapito, mientras su corazón lo vuelve papalote al vuelo. “Mirtha es poeta. Esto quiere decir que ella es una sacerdotisa de la palabra, sabe que el verbo es el vaso que sirve para dar agua al sediento; sabe que el verbo es primo hermano de las estrellas y de las nubes; sabe que el lenguaje sirve para las compresas del alma y como escudo contra las piedras y contra la mierda. “Mirtha es poeta. Esto quiere decir que ella es igual que nosotros, pero diferente, porque sigue siendo la niña que juega con las palabras, algunas nos las entrega como chimbos, otras como barcas y unas como pañuelos húmedos con sangre y con lágrimas. “Mirtha es poeta, su tiempo es el tiempo de la piedra en la cima de la montaña; su esperanza es la cuerda que hace funcionar el reloj de lo infinito”. Posdata: cuando participé dije que Mirtha, en ese momento, estaba en Comitán, nosotros en La Independencia; ella recibía, en la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, el Premio Nacional de Poesía Tinta Nueva; y nosotros recibíamos un aire limpio que guardábamos en las palmas de las manos; nosotros celebrábamos con ella sus triunfos, sus cielos. Ojalá que más cielos luminosos la acompañen de ahora en adelante.