miércoles, 3 de mayo de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN VECINO INESPERADO

Querida Mariana: a muchas personas les gusta el Pasaje Morales, es un espacio lleno de historia. ¿Desde cuándo existe el pasaje? Los historiadores aún no nos han dado el dato. Hoy te contaré un cachito de su vida. Cuando derribaron la manzana llamada de la discordia (finales de los años setenta y principios de los ochenta), para hacer la ampliación del parque central y dejarlo como está ahora, mi mamá buscó un local para su negocio de estambres. Don Rami Ruiz, querido propietario de la Proveedora Cultural, dijo a mis papás que no lo pensaran más, que fueran al Pasaje Morales: “ahí estaré yo y los periódicos y revistas jala mucha gente”. En efecto, la Proveedora Cultural se pasó a un local del Pasaje y los Estambres El Gato, de mi mamá, también. Don Rami no se equivocó, el Pasaje convocó a mucha gente y se convirtió en un pasaje comercial exitoso. El Pasaje Morales fue, en sus inicios, un espacio de viviendas. Mi papá, al inicio de los años cincuenta vivió ahí. Ya en los años ochenta, la mayoría de viviendas se había convertido en locales comerciales, la única vivienda era la de don Rafa Morales, quien se había convertido en el heredero del pasaje y fue vendiendo fracciones. ¿Sabés en dónde vivía don Rafa Morales? En el local donde ahora está el Hotel del Pasaje Morales. En 1985, más o menos, había una gran convivencia entre los locatarios, todos se conocían, todos se apoyaban. Mi mamá cuenta que cuando era temporada navideña los comerciantes cooperaban y adornaban el pasaje con festones y chunches navideños, mi mamá y doña Irene (propietaria de la dulcería La Italiana) iban a Quijá a encargar los festones con juncia fresca. Don Rafa comenzó a vender los locales, mi mamá compró su pedacito y así varios comerciantes. Un buen día, Comitán recibió la noticia que remodelarían el edificio de la presidencia municipal. El licenciado Gonzalo Ruiz Albores era el presidente municipal y el general Absalón Castellanos Domínguez, el gobernador. Para la remodelación las autoridades compraron con don Rafa parte del pasaje y así se desarmó lo que era una unidad, todo en bien de la comunidad en general. Si ahora caminás por el Pasaje Morales, entrando por el parque central, mirás a la izquierda una enormísima pared con ventanales que elimina la imagen vital de antaño, porque antes, ya lo he dicho, todo el pasaje estaba lleno de locales comerciales que le otorgaban vida, que hacían luminoso este espacio histórico. Ahora, la parte del palacio municipal tiene un muro altísimo que no corresponde con la vida anterior. Cuando hicieron la remodelación, el ayuntamiento debió rentar un edificio para pasar sus oficinas. El ayuntamiento se pasó al edificio donde ahora están las oficinas de Megacable. En la parte superior estuvieron las oficinas principales y en la parte inferior, con un mezanine, funcionó por primera vez la Biblioteca Pública Regional Rosario Castellanos, que ahora está en el edificio donde estuvo la gloriosa Escuela Federal Belisario Domínguez. El presidente Gonzalo Ruiz Albores me concedió el honor de nombrarme director de la biblioteca, fui el primer director de esa gloriosa institución. Bendiciones a la memoria de mi jefe Gonzalo. Tal vez muchas personas ya no recuerdan qué negocio hubo donde construyeron la ampliación de la presidencia municipal. Ahí estuvo el negocio que se llamó “Radio y Televisión de Chiapas”, cuyo propietario era una persona oriunda de San Cristóbal de Las Casas. Era un negocio muy amplio con venta de colchones, comedores, licuadoras, estufas, juegos de sala, consolas y muchos más chunches electrónicos, con accesos al frente y en la lateral que daba al pasaje. ¿Quién trabajó ahí durante más de seis años, antes de que levantaran por la remodelación? Socorrito Aguilar García, pero si lo digo así, muy pocos la identificarán, en el pueblo ella es súper conocida como Coco de Irecta, porque fue la esposa del conocidísimo locutor de la radio XEUI: Ramón Irecta, uno de los tres alegres compadres. Coco, generosa, me contó que en ese tiempo vendía tocadiscos que funcionaban con energía eléctrica o con baterías, una vez llegó un señor a comprar uno y, sin dudarlo, dijo: “Quiero éste”, Coco lo empacó, cobró y el señor se fue muy contento, tres días después regresó el comprador y dijo: “el alambre lo tengo que conectar a un enchufe y en mi casa no hay luz”, Coco se enteró que el comprador vivía en una comunidad rural alejada de Comitán. Por fortuna no hubo mayor problema, Coco le dio uno de los tocadiscos que funcionaba con baterías, ahí mismo, en la sala de exhibición, le mostró dónde colocar las baterías y le puso un disco de Pedro Infante. El hombre, con dos dientes de oro, sonrió satisfecho. Posdata: ¿hacemos un recorrido por el Pasaje antes de que llegara el vecino inesperado: la presidencia municipal? Entremos por el acceso del parque central, a la izquierda nos topamos con “Radio y Televisión de Chiapas”; luego está la dulcería “La Italiana”; el negocio de mi mamá; el despacho del magistrado Macías; la Proveedora Cultural; la veterinaria del doctor Ismael Sánchez; el despacho del contador Trujillo y el laboratorio del químico Reynaldo Bermúdez. Si regresamos hallaremos en el otro lado la estación de radio XEUI; el consultorio dental del doctor Jorge Antonio Ruiz Mandujano; una papelería atendida por Doña Rose de Crócker; la zapatería de Doña Elvita de Luengo; un centro de salud; tienda de peluches, de doña Consuelito Román; una tienda de casetes, atendida por un joven que se llama Roberto y que, en ese tiempo, era el vecino incómodo porque ponía discos a todo volumen; un despacho de contabilidad, del señor Alfonso Domínguez; la Joyería Sánchez, atendida por Doña Mary; una refresquería, de Doña Chelo Cantoral; y donde ahora está San Marcos, Doña Chelo Cantoral tenía una gran tienda de ropa. Ahora Doña Chelito tiene el famosísimo restaurante Doña Chelo, frente al parque de Guadalupe. El edificio de la presidencia aumentó, la comunidad del Pasaje Morales se hizo más pequeña. La mejor época del Pasaje Morales fue antes de la remodelación, hoy, a pesar de que la ciudad ha crecido, el pasaje es menos visitado que en la llamada época de oro. Algo se perdió de esa maravillosa comunidad. Por ahí olvidé mencionar algunos personajes y locales. Será labor de los historiadores darnos los datos precisos, comenzando con el año de fundación del famoso Pasaje Morales. Si das una vuelta ahora, verás que pocos locales permanecen de aquellos tiempos. ¡Tzatz Comitán!