domingo, 24 de diciembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON ACTO GENIAL

Querida Mariana: esta foto es ¡la foto del año! Debo decir que la mejor foto del año ¡no es la mejor foto! Esto que parece una incongruencia, que se parece a los premios Óscar donde una película recibe siete premios en diversas categorías, incluyendo la de Mejor Director y Mejor Guion, pero no le otorgan el premio a Mejor Película. La fotografía que anexo se la robé a mi querida amiga Chusy Coutiño. Digo que es la foto del año, por lo que representa. Sé que hay cientos de fotografías más artísticas, pero pienso (es lo que pienso) pocas fotografías tienen la sustancia de ésta. Basta ver la maravillosa actitud de mi amigo Pepe López, el genial director de la no menos genial Marimba de Concierto de La Trinitaria. He dicho en varias ocasiones que considero un acierto la gestión del Conta Ervin, presidente municipal de aquel municipio. Ha tenido la visión de apoyar en forma magistral a la cultura, de contribuir al fomento del arte. La contratación del maestro Pepe como director de la marimba así lo demuestra, y así lo demuestra esta fotografía de Chusy. Me resulta fastidioso decir lo que acá vemos, si esto lo aprecia cualquier persona. Insisto, perdón. ¿Ya viste la actitud del maestro Pepe? Con la pericia que posee, con el talento que expande, sus brazos dirigen el movimiento que los marimbistas deben seguir, que la pausa sea la puerta brillante para el siguiente sonido y que éste se alargue hasta la siguiente pausa, para formar la melodía, que suena impecable, excelsa, en manos de los maestros de la marimba zapaluteca, orgullo de esta región. Y si esta fotografía es la mejor del año es porque la actitud del maestro es seguida por dos niños de la comunidad de Tziscao. El ejemplo arrastra, dicen los sabios. No sólo arrastra, el ejemplo conmueve, toca las cuerdas más sensibles del espíritu humano. ¿Qué dijo Sabines, el poeta? ¿Recordás que el viejo maravilloso, demiurgo de la palabra, dijo en el poema “Pensándolo bien”, en su parte final lo siguiente: “La única recomendación que considero seriamente / es la de llevar una mujer joven a la cama / porque a estas alturas, la juventud / sólo puede llegarme por contagio”. ¿Qué relación tienen los versos calenturientos de Sabines con la fotografía de Chusy? Lo de Jaime habla acerca de la pasión amorosa. Parecería que nada tiene que ver con esta pasión musical. Pero lo que quiero decir es que la fórmula de Sabines se puede aplicar a toda esencia de vida. Si Sabines decía que a su edad la juventud sólo podía llegarle por contagio, a través de llevar a mujer joven a la cama, pienso que todo en la vida llega por contagio, lo bueno y lo malo. El arte sólo puede darse por el ejemplo. Cuando los niños ven a sus padres leyendo libros, cuando ven ballet en un escenario, cuando se acercan a la maravilla de los títeres en la calle, cuando escuchan un concierto en una sala, cuando los papás los llevan a museos a ver obras de arte, en ese momento aparece lo que acá ves. Los niños de la comunidad imitan al maestro, al gran maestro. Cuando vieron que un hombre, con saco, peloncito, se paró frente a los ejecutantes y con las manos marcó el inicio de la melodía y con ese oleaje de mar sublime fue señalando cada movimiento de la pieza musical, ellos también se pararon frente a la marimba y movieron sus brazos, fueron directores de un grupo musical de concierto por un momento. ¿Qué sigue a esto? Puede ser un mero recuerdo, una experiencia instantánea, pero puede ser también, ¿por qué no?, la puerta para que un niño, emocionado, sorprendido, pregunte qué debe hacer para ser de grande como ese señor, porque le gustó ese sentimiento. El maestro Pepe siembra, el ayuntamiento actual también es sembrador, son sembradores de cultura, de arte. Por contagio, dijo Jaime Sabines, por contagio buscaba la juventud; por contagio se da la siembra del arte, del buen contagio, de toparse frente al arte. Posdata: la fotografía del año no es la mejor fotografía, pero cuánta vida hay en su imagen, en lo que dice, en lo que trasmite, en lo que nos contagia. ¡Tzatz Comitán!