lunes, 18 de diciembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON MUROS EN EL AIRE

Querida Mariana: oí esto: “Las mariposas no vuelan, ¡aran el aire!” ¿Se puede sembrar en el aire? Ahora recuerdo el Diente de león. No el león del África, tampoco el león de la leyenda del origen de Comitán, ni el león del Club que ya no existe en el pueblo, ni en el león chimuelo del circo que llegó en los años cincuenta. Pienso en la flor llamada Diente de león. A los niños les encanta cortar un Diente de león, soplar y ver cómo vuelan esos bastoncillos. La flor forma una esfera perfecta, pero frágil. Tan frágil que ante un soplido se desintegra. Un día le pedí a Pau que grabara en video el momento que soplé sobre un Diente de león. Luego le pedí que reprodujera la filmación en reversa. ¡Momento sublime! Los bastoncillos volaron y fueron a prenderse en el centro de la flor. Fue asombroso, ver cómo esos prodigiosos espermatozoides iban en busca del cigoto, del centro. Sería maravilloso ver el Origen del Universo a través de esa filmación en reversa. Es lo que hacen los científicos, quienes buscan la clave del misterio. El misterio de la vida está en el acto más sencillo, en el más rotundo, en el más frágil. El Diente de león es una flor sencilla, crece en el campo. ¿Cada uno de esos bastoncillos es una semilla que crecerá en otro territorio? ¿Se puede sembrar en el aire? En el caso del Diente de león, el aire es el medio por el que viaja. Nadie puede asegurar hasta dónde llegará cada bastoncillo. Cada uno es conducido por las corrientes de aire. La flor se desintegra. Pierde su unicidad perfecta para cumplir con su destino. A los niños y niñas les encanta soplar y ver cómo los bastoncillos vuelan. Lo que hacen los padres y madres tiene semejanza. Un día, cuando los hijos han crecido, soplan y los envían por el aire en busca de su destino. “Las mariposas no vuelan, ¡aran el aire!” Hay niños y niñas que se sorprenden ante la perfección de la flor. Antes de soplar la admiran. El mundo necesita admirar antes que soplar. Cuando el soplo se dé ya el espíritu debe tener aprehendido lo esencial. Maqueta minúscula del universo. Como si fuese el Big Bang cada bastoncillo es como una estrella. El universo se expande. Llegará el instante donde cada bastoncillo se desprenderá del núcleo. ¿Esto es la explicación de los universos paralelos? ¡No soplés a lo bobo! ¡No! Al tener en tus manos la flor de Diente de león, observala, llená tu espíritu con su forma perfecta. Luego, poné tus labios como si fueses un pececito, como si fueses a besar el aire. Y, como si estuvieses frente al pastel de cumpleaños, pedí un deseo y soplá. ¡No cerrés los ojos! Al contrario, abrilos como si fueran alas de atrapasueño y pepená, para siempre, por siempre, el instante sublime en que los bastoncillos se desprenden, dejan su hogar en busca de su destino. Hay otra lección, a veces es preciso que alguien sople para que el otro vuele. Posdata: cada vez que un adulto tiene entre sus manos un Diente de león la infancia vuelve a posarse como mariposa que ara el aire. ¡Tzatz Comitán!