miércoles, 6 de diciembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON UNA FOTOGRAFÍA

Querida Mariana: dije que la UNAM estuvo en la Mariano, y algo de la Mariano se llevó la UNAM. Integrantes de la comunidad de Trabajo Social de la UNAM se integraron con chicos y chicas de la Mariano, de Comitán. Acá hay una foto que da testimonio del cierre de actividades del Foro Nacional, que se realizó los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2023. Me encanta ver los rostros sonrientes, satisfechos. No cabe duda que el ánimo se contagia, tanto el negativo como el positivo. Mirá mi cara: sonrío, yo que soy cara de piedra. Ya es un logro. La mayoría sonríe, hay gente de sonrisa natural, que siempre mira la luminosidad de la vida y transmite alegría. Quiero decir que quien está al frente, al lado de mi jefe, Maestro José Hugo Campos Guillén, es la Maestra Carmen Guadalupe Casas Ratia, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la UNAM, ella, igual que los demás, está sonriendo. Sé que cuando los labios se abren, como mariposas, alegran el rostro y trasmiten alegría a todos los que están alrededor. Como a medio mundo, a mí también me gusta ver fotografías. Antes sacaba los álbumes y recordaba instantes. Hoy, gracias a los tiempos digitales, las fotos las tenemos en archivos de la computadora y en los celulares. Las fotografías pasan de mirada a mirada, incluso en miradas ajenas. Antes, los álbumes sólo se compartían con los cercanos, con los afectos. Hoy, muchas fotografías íntimas circulan en pantallas ajenas. Esta fotografía que te comparto (de Factory), tomada en el Salón de Actos, de nuestra universidad Mariano, el 18 de noviembre de 2023. Lupita Gordillo la compartió, llegó a varios maestros y alumnos comitecos, ahora está en tus manos. Las fotografías no necesitan explicaciones, hablan por sí solas. Como siempre que somos espectadores, cada persona hace una lectura especial. He destinado un buen rato a ver las caritas, las de los conocidos, los cercanos, los que vemos seguido y los rostros de quienes llegaron de la Ciudad de México. Siempre que veo fotos recuerdo a mi papá, a quien le encantaba buscar parecidos. Cuando íbamos de viaje, en las diversas ciudades nos sentábamos en la banca de un parque y al ver a un señor o señora me decía que se parecía a fulano de tal, de Comitán. He hallado parecidos prodigiosos. Más que fotos antiguas me gusta ver las fotografías actuales, porque estas fotografías están recién planchaditas, tienen el aroma que deja la plancha, que es tan cálido. Las fotos antiguas también nos hablan, pero sus sonidos nos llegan distantes o distorsionados; en cambio, las fotos presentes hablan del avance de los días que apenas se despidieron, que acaban de dar vuelta en la esquina. Nosotros, los comitecos, nos quedamos en el pueblo y los amigos de la Ciudad de México abordaron el camión y volvieron a su lugar, a su maravillosa rutina. Nos quedamos en el espacio maravilloso de la Universidad Mariano y ellos regresaron a la prodigiosa Ciudad Universitaria de la UNAM, que, como dice el maestro Óscar Guzmán Arellanos, jefe del departamento de Comunicación Social, de Trabajo Social, es el campus más hermoso del mundo. Nos quedan los recuerdos, las vivencias compartidas, el instante de vida donde el destino nos unió. Jamás (qué término tan lapidario, pero tan exacto), jamás volveremos a estar reunidos los que acá aparecemos. Fue una cuerda invisible, luminosa, la que nos unió. De la mayoría no conocemos sus nombres, ellos, los Pumas, sí se identifican, así como nosotros nos reconocemos, no obstante, algo de la luz de cada uno de ellos brilla en este momento. Nos paramos frente a la cámara del celular y sonreímos. Posdata: ¿mirás que hay dos chicas que, orgullosas, muestran una playera con el logotipo de la UNAM? “Por mi raza hablará el espíritu”, dice el lema de la máxima casa de estudios de México. “Communia non communiter”, dice el nuestro: hacemos las cosas ordinarias de manera extraordinaria. La Mariano es una gran universidad de nuestro pueblo, una pequeña casa de estudios que siembra espigas de luz, que fortalece el sano desarrollo de la comunidad. ¡Tzatz Comitán!