jueves, 4 de enero de 2024

CARTA A MARIANA, CON LIBROS (III Y ÚLTIMO)

Querida Mariana: mi plática la concluí con el libro “Comitán, mi cuaderno de apuntes”, del maestro Gustavo Alfredo Álvarez Figueroa, un libro recién salido del horno, de la editorial Entretejas, con un tiraje de 500 ejemplares. Este libro sí está disponible en Comitán. Hay varios lugares donde se puede adquirir, por ahora recuerdo que está a la venta en el Colegio Mariano N. Ruiz, en la papelería El conejo, del maestro Temo Figueroa, y con Cothy Soto, en Casa de Cultura. Es un libro esencial para el conocimiento de nuestra historia y no vale arriba de doscientos pesos, casi nada. Todo mundo en Comitán debe tenerlo. Es una pena decir que la gente aplaude la aparición de libros de autores comitecos, pero a la hora de meter la mano en el bolsillo para comprar muchas personas se hacen tacuatz. ¡Dios mío, qué contradicción tan contradictoria, diría el tío Concho! El investigador Alfredo fue maestro del Colegio Mariano N. Ruiz, hace muchos años impartió clases en el nivel primaria, actualmente radica en Teotihuacán. ¿Por qué menciono lo de las clases de primaria? Porque el título alude a una práctica escolar: cuaderno de apuntes. Es un término que provoca nostalgia, en estos tiempos cibernéticos, donde muchos alumnos ya no toman apuntes, porque lo que anota el maestro en el pizarrón (si es que todavía anota algo) es registrado en un celular, los chicos y chicas sacan su teléfono y toman una fotografía de la tarea. Esto es muy práctico, pero provoca que los alumnos ya no escriban. Digo que el maestro Alfredo tiene muchos años de no radicar en su pueblo natal; no obstante, siempre ha estado con un pie del corazón en Comitán. Muestra de ello es la frecuencia con que envía libros de poesía a sus amigos y más cercanos. Confieso que soy uno de los elegidos para sus envíos. Pero no sólo poesía escribe, el libro “Comitán, mi cuaderno de apuntes” es la síntesis de años y años de estudio de libros que hablan de historia. El maestro, como uno de los más aplicados alumnos de la escuela comiteca, fue anotando datos precisos y nos lega este libro ya fundamental (sólo un dislate le hallé, anotó que la demolición de la manzana de la discordia fue en 1996, cuando ya Pepe González nos dio un dato más cercano a la realidad: 1979). Todos los apasionados por la historia de nuestro pueblo deben correr para adquirir este libro, todavía hay ejemplares disponibles; bueno, no, perdón, no corran, porque pueden resbalar en las banquetas forradas con laja, caminen con parsimonia, disfruten las calles del pueblo y vayan a cualquiera de los lugares mencionados y adquieran un ejemplar. Es un libro que se disfruta, que aporta datos de importancia fundamental. ¿Por dónde va el contenido? A ver, inicia con un Breve perfil geológico; luego se pasa a la Época prehispánica, nos dice que la fecha probable de fundación de Balún Canán es entre los años 600 y 650 d.C. Luego nos presenta la Época Colonial y nos dice que en 1556 se traslada Comitán al lugar que actualmente ocupa, porque antes anduvo por la Ciénega. A continuación, le entra a un tema apasionante: el lenguaje comiteco. Paso copia de un fragmento: “Chiapas es el único estado de la república donde se usa el pronombre personal de segunda persona “vos”. En Comitán se usa a nivel familiar. El voseo se maneja en Centroamérica, con excepción de Panamá. En América del Sur es de uso corriente en Argentina, Uruguay, Chile y Colombia”. ¿Mirás para cuántas ramas de discusión y reflexión da este libro? ¿Qué onda con la heroína comiteca? El maestro Álvarez dice: “1789. Fecha probable del nacimiento de Josefina García (Josefina Manuela García Bravo), en Cuilco, Guatemala, y avecindada en Comitán. Se cree que falleció en 1829”. Ante este dato, el maestro amplía los temas de La independencia y la República Federal. Ya luego entra con todo al siglo XX, nos dice que, en el año 1900 Comitán era cabecera de Departamento y tenía 10, 296 habitantes. Llamó mi atención que el maestro Álvarez hace un merecido elogio de un ex presidente municipal, Don Eleuterio Aguilar, dice que durante su gestión administrativa se construyó el mercado que lleva el nombre de primero de mayo, inició con el empedrado de calles, apoyó a la Banda Municipal con uniformes e instrumentos. Termina diciendo “Es Don Eleuterio Aguilar un notable ciudadano, hombre fundamental, a quien no se le debiera mantener en el olvido, por todas las obras y mejoras que hizo a favor de su tierra natal”. Ya se me terminó el espacio, niña querida. Concluiré con una propuesta que el maestro lanza en su libro: “Hace falta continuar con el rescate de costumbres y tradiciones y, por qué no, la creación de la Academia del Habla Comiteca, como un patrimonio más de la cultura”. Posdata: pienso que esta última propuesta debemos platicarla más. ¿Ya miraste la importancia del tema? Crear la Academia del Habla Comiteca. ¿Quién puede oponerse a ello? Hay que darle más sustento a la propuesta, darle forma, volverla iniciativa y hacerla realidad. ¡Tzatz Comitán!