domingo, 21 de enero de 2024

CARTA A MARIANA, DE AQUÍ A LA LUNA

Querida Mariana: tengo en mis manos el libro “Invocaciones de amor”, de Elvira Hernández Morales, de la editorial De aquí a la luna. El escritor Mario Escobar realizó el prólogo. Ahí dice: “Invocar al amor se dice fácil pero hacerlo desde un ángulo de vida que busca llegar al terreno de la poesía, puede llegar a ser una compleja, aunque agradable aventura”. El libro contiene dos secciones: poesía y teatro. Conocí a Elvira por su trabajo teatral. Ella ya forma parte del libro de la historia del teatro comiteco. En su ficha biográfica aparece el siguiente dato: desde 2009 es directora del Grupo Cultural Tierra Cero. Ah, la pichita cumple en 2024 sus quince años. Ella, para celebrar este aniversario, se presenta en sociedad con su primer libro. El otro día la saludé en un café y le expresé mi felicitación por ser autora de obras teatrales. Pocos escritores en el pueblo (en todo Chiapas, en todo México) se dedican a la dramaturgia. La mayoría de escritores le entra al cuento, a la novela, al ensayo y a la poesía. En Comitán, la más renombrada dramaturga (aparte de nuestra Rosario) es Rosa Hortensia Aguilar Trujillo, directora del grupo Escudo Jaguar Teatro, que ya lleva muchos años trepado en la escena, iluminado por los reflectores. Ahora, la quinceañera Elvira nos presenta tres obras teatrales: Flores para Sofía, Hubo una vez un país de niños y Voces. Con esto, Elvira se muestra no sólo como actriz, como directora, sino, también, como autora de textos teatrales. ¡Bien! Círculo cerrado. Hace muchos años, me invitaron a moderar un encuentro de mujeres comitecas creadoras. Me entregaron el orden de participación con la indicación de que cada una de las participantes tenía derecho a hacer uso del micrófono durante diez minutos. Poco a poco fui cumpliendo con la encomienda, tocó el turno a Elvira, la presenté, ella (muy teatral) jaló una silla, se sentó a mitad del escenario, saludó a la audiencia y comenzó a leer un guion teatral, escrito por ella, un guion de teatro costumbrista, con personajes locales, que hablaban con modismos y con la particular picardía de los comitecos. Vi que la gente, sentada en las butacas del teatro de Casa de Cultura, disfrutaba la lectura de Elvira, varias personas se botaban de la risa. Vi el cronómetro y ya había terminado su tiempo, así que, por respeto a las demás participantes, agradecí a Elvira y presenté a la siguiente creadora. ¡Ah, ya podés imaginar la cara que me aventó Elvira! Ya, ya, pichita, ya, ya cumpliste, ahora le toca a la siguiente. Eso fue hace tiempo, ahora, Elvira no tiene límite de tiempo, los lectores podemos leer sus textos sin apremios; los futuros directores darán tiempo suficiente para ensayos y para el montaje de obras de autores comitecos. Me encantó el nombre de la editorial: De aquí a la luna. Sé que a las chicas se les hace poca distancia cuando su enamorado les dice que las quiere de aquí a la luna, de ida y vuelta, pero si lo vemos en el plano real, de aquí a la luna no es un acto sencillo ni rutinario, ya quedó demostrado ahora que la UNAM lanzó el proyecto “La colmena”. El proyecto abortó, porque ir de aquí a la luna tiene su complejidad. Escribir teatro tampoco es cosa sencilla. Cualquiera pensaría que lo más simple es escribir un monólogo porque sólo interviene un personaje. Idea errónea. Redactar un monólogo es muy complejo. Escribir una obra donde intervienen más personajes es mucho más complejo. Así que estructurar una historia con diversas personalidades insertas en una historia es labor difícil. Posdata: sugiero, mi niña linda, que le des una vueltita a la obra “Voces”, un monólogo muy interesante. ¿Dónde conseguís el libro de Elvira? Bueno, fue lo que pregunté y ella me dijo que, por el momento, sólo con ella. Pucha. Bueno, en el libro viene una dirección electrónica para ponerse en contacto con ella: atenas606@hotmail.com ¡Tzatz Comitán!