miércoles, 23 de diciembre de 2009

COMO "LA TASHA" O COMO LAGARTIJA AZUL


Durante estos días ha hecho frío. En gran parte de la república existen temperaturas bajas. Acá en Comitán nunca se da una temperatura por debajo de los ceros grados, pero como estamos acostumbrados al clima templado y al calor moderado, nos pega duro cuando hace una temperatura de menos de quince grados. Además acá (ya lo dijo el dicho aquel de: Comitán, lugar de subidas y bajadas y un viento de la chingada) el viento se infiltra hasta en lo más íntimo.
Estoy de vacaciones, no obstante sigo levantándome a las cinco de la mañana (reviso el trabajo que debo entregar a la UNACH para titularme). Antier, como también es su costumbre, "El Misha" comenzó a maullar y a sobarse por mis piernas para que yo le abriera la puerta y saliera al patio. Por el amor de Dios, pensé, ¿qué vas a salir a hacer? ¡Hace mucho frío afuera!. Llovía ligeramente. Como estaba duro y duro alrededor del trapiche de mi pierna, ¡le abrí! Dio un brinco, casi podía decir de alegría, y salió orondo.
Media hora después, "La Tasha" (una perrita salchicha que ya está medio viejona) tuvo necesidad de salir a orinar al patio y con su pata rascó la puerta. Me levanté y le abrí. La perra sacó tantito la cabeza, husmeó, sintió el fogonazo de frío, vio la llovizna y decidió no salir. De un brinco volvió a treparse al sillón que funciona como su cama.
Al rato insistió con su pata sobre la puerta, hice el mismo movimiento y la perra también.
A la tercera vez, cuando creo que ya no se aguantaba, salió al patio -de carrerita- y regresó a su camita echo la mocha.
Soy como "La Tasha". La mayoría de mis compas son como "El Misha". Mis compas son intrépidos, les encanta salir a la calle, ir a ranchos, disfrutar del sol, de la lluvia y del viento. Les encanta andar en mangas de camisa o en playera. Caminan descalzos, toman su trago con harto hielo y echan machincuepas sobre la alberca o adentro del río.
Yo soy de aquéllos monigotes que casi casi se deshacen al contacto con el agua; soy como hoja de árbol que al menor soplido de viento se desprende de la rama.
Esto se debe a que fui un niño príncipe al que nunca se le permitió pisar el suelo con el pie desnudo.
Mis afectos se sorprenden cuando me ven con dos suéteres a la hora que el resto de las personas anda en playera.
Aparte de ser como "La Tasha" debo ser también pariente de los dinosaurios y de las lagartijas (más de éstas que de los primeros).
Sólo salgo a la calle si hay sol (y hasta eso si no es como el sol de Tuxtla o de Arriaga).
Cuando voy al campo no me acuesto sobre el césped, no trepo a los árboles ni camino por hondonadas. Procuro no manchar mi ropa (aunque mi ropa tenga cuatro días que no la cambio).
No sé sentarme en el suelo. Si voy al campo procuro llevar una silla.
No sé comer sin cubiertos. Me desespera no tener una servilleta (puede ser de papel, pero mejor si es de tela blanquísima).
¡Dios mío, qué hombre más complicado! ¡Lagartija sangrona, pero de sangre fría!