sábado, 19 de diciembre de 2009

EN EL AÑO DEL POETA


Hubo una denuncia de un supuesto fraude en el Premio de Poesía Jaime Sabines 2009. Alguien "demostró" que la poeta ganadora había incurrido en una violación a las reglas de la convocatoria: carencia de anonimato.
Coneculta Chiapas, institución convocante, creó una Comisión que "supuestamente" se dedicó a verificar la denuncia y a sancionar.
En días pasados la poeta recibió el premio en una ceremonia efectuada en el Ex Convento de Santo Domingo, en la ciudad de Chiapa de Corzo.
La Comisión jamás dio a conocer el resultado de sus investigaciones.
Alguien, entonces, ahora, tendría que hacer una denuncia del comportamiento soberbio de doña Jane Guadalupe (directora de la institución mencionada) y de su gente.
Actúan como lo que creen ser: dueños del poder omnímodo.
Pero tal vez dicha demanda no prosperariá porque la Comisión creada (quién sabe por qué instancia) repetiría el procedimiento. Así funcionan las cosas en este país.
Ahora bien, ¿la denuncia fue estéril?
No lo creo.
Sin demostrarse (porque no se creó una Comisión Investigadora), el denunciante original tomó "prestado" un nombre, un oficio y una nacionalidad. Dijo ser Colombiano y parecía que es de casa. Esto creó confusión y diluyó la seriedad de la denuncia.
No obstante, los hechos que denunció tuvieron rasgos de verosimilitud; es decir, la obra de la poeta ganadora no tenía el carácter de anónima. Esto propició que mentes perspicaces llegaran a decir que el jurado conocía perfectamente la obra de la ganadora y, por lo tanto, premiaba a la "autora conocida" en lugar de premiar una obra poética.
El premio fue entregado sin conocer un informe público de la famosa Comisión Investigadora. Lo correcto hubiese sido mencionar los resultados del informe antes de la entrega y haberlo hecho a través de boletines de prensa y, sobre todo, en la página electrónica de Coneculta Chiapas.
Pareciera entonces que la denuncia y los escritos a favor fueron irrelevantes, pero ¡no fue así!
Quedó constancia, cuando menos, de la actuación de las autoridades.
Ahora queda propugnar por una revisión a la Convocatoria para que el Premio, en lo futuro, tenga más seriedad. Un día de estos doña Jane Guadalupe se diluirá como el agua y -la esperanza dicta- nuevos vientos correrán.
Por el momento el espíritu de Jaime Sabines descansará de todos los atropellos que, en su memoria, se cometieron durante este año dedicado al poeta.
Lo que quiso ser un acto generoso se convirtió en una afrenta. Baste mencionar las bardas pintadas en todas las ciudades de Chiapas con versos del poeta. La profusión de errores de ortografía sólo logró "maleducar" a la niñez del estado.
"Que Dios bendiga a Dios" porque ya terminó el año.