miércoles, 30 de diciembre de 2009
EN EL AÑO DEL HUESO
Termina el año dedicado a Jaime Sabines. Para no quedar en el desconsuelo, don Panfleto PanPrisino ideó nombrar al 2010 como Año del Hueso. Dos o tres políticos se sobaron las manos pensando en que tal propuesta alude a la lotería donde se repartirán diputaciones locales y ayuntamientos chiapanecos; pero, en realidad, debieron relamerse los labios porque el año está dedicado al “Hueso de Tío Jul”, un platillo delicioso, típico de Comitán.
Hace muchos, muchos, años, un señor llamado Julián abrió una cenaduría donde ofreció “huesos”, que no son más que chamorros cocidos con hierbas de olor y se sirven acompañados con una salsa roja dulce, picles y tostadas fritas. El platillo se hizo famoso y la gente lo bautizó como “Hueso de Tío Jul”. Todos los comitecos que emigraron a tierras distantes se convirtieron en eternos “añoradores” de los huesos; por esto, aún en la actualidad, cuando regresan de vacaciones no ven la hora de que llegue la noche para ir a cenar (la modernidad ha provocado que los huesos se sirvan en el desayuno o en la comida, pero originalmente fueron creados como platillo especial para la cena). Los nostálgicos insisten en acudir al lugar original donde aún existe un letrero en lámina que reza: “Don fiado se murió, mala paga lo mató”, con el cual don Julián se lavaba las manos cuando alguien quería pedir fiado. Los emigrantes modernos son más tolerantes y acuden a los nuevos negocios que retomaron la receta original y donde, al decir de los expertos, la han superado. El negocio original ya no tiene tanta demanda. Algunos creen que esta “osteoporosis Juliana” se debe en gran parte a que “Tavito de Tío Jul” ya murió. Tavito fue el eterno mesero y llegó a ser tan, o más famoso, que el propio Tío Jul. Los clientes asiduos recuerdan a Tavito como un tipo severo, muy lejos del mesero atento y servicial. Además siempre estaba impregnado del tufo del cigarro porque fumaba a cada rato y en todo lugar. Pero, bueno, algo de magia tenía su personalidad que Comitán lo recuerda con cariño y, ¡el colmo!, lo extraña.
Los huesos de Tío Jul siguen dominando la “columna vertebral” de la gastronomía local. Doña Lupita y doña Gloria son dueñas de “El Foquito” y de “El Café Gloria”, respectivamente, las dos cenadurías más famosas donde se preparan los ricos huesos. No obstante nadie dice: “Vonós a cenar huesos de Tía Lupita o huesos de Tía Gloria”. Los comitecos han preservado el nombre original. Por esto, 2010 es Año del Hueso, pero de Tío Jul.
Con la experiencia del Año de Jaime Sabines, don Panfleto ha diseñado una serie de festejos. Así está contemplada la participación de Carlos Monsiváis con la conferencia: “Política Mexicana: Arte de agarrar hueso”; asimismo ya está confirmada la presencia de Angelina Jolie para presentar la película “Coleccionista de huesos”. Dentro de las actividades programadas se enviarán a pintar bardas en las ciudades más importantes del estado con la siguiente frase: “Hueso que no has de roer, déjalo comer”. También se entregarán cien medallas a los “Amigos del Hueso de Tío Jul”, tal presea se entregará a destacados periodistas, escritores, poetas, educadores y políticos. Para finalizar el festejo, durante el mes de diciembre de 2010 se inaugurará la exposición de pintura denominada: “Por lo que te debemos: Hueso de Tío Jul”, así como la presentación del libro donde poetas destacados del estado escribirán “Odas al Hueso y al Picle”.
Don Panfleto espera la colaboración desinteresada de instituciones como Coneculta-Chiapas para dar más brillo y relevancia a los actos, así como la solidaridad de todos los comensales fieles al hueso. Esta propuesta, según don Panfle, no tiene más intención que reconocer los valores de los antojitos típicos y propugnar por su defensa ante el embate de las hamburguesas y de los hot-dogs norteamericanos.