jueves, 3 de diciembre de 2009

DE LAS NIÑAS QUE ADMIRAN A LOS FUERTES


Mariana vino ayer a casa. Me trajo un canasto pequeño con fruta. ¡Trajo uvas! Mi mamá le ofreció un ponche de frutas. En la plática resbaló "el chisme" acerca de Tiger Woods y la presencia de Monsiváis en la FIL. ¡El Monsiváis que se aparece en todo lugar y a toda hora!
¿Por qué -preguntó Mariana- muchas mujeres "se meten" con deportistas? Le dije que ella debía responder eso. ¿Por qué las niñas bonitas andan enredadas con tipos incultos? Esto ha sido desde que la humanidad se llamó así.
Recuerdo que en la Prepa los compañeros deportistas eran quienes andaban con las niñas más bonitas.
Yo, que nunca gocé de la bendición de la fuerza física, debí conformarme con estar solo; debí conformarme con mis amores platónicos; con imaginar que alguna niña me hacía caso; con soportar los desprecios de las niñas que aspiraban a ser la novia del tipo más popular de la prepa (una vez, ya entrados en años, una compañera me dijo que había sido una tonta por haber aceptado salir durante más de un año con fulano de tal que era un patán, pero, en ese tiempo, era algo así como el líder del grupo).
Tal vez ni las niñas bonitas tienen una respuesta certera ante la pregunta de ¿Por qué las niñas bonitas "andan" con patanes? (en mi pueblo, los ardidos decimos que "el peor cuch se lleva la mejor mazorca". Digo, es tanto nuestro complejo que comparamos a las muchachas bonitas con una mazorca).
No obstante, veo que en la FIL existe otro fenómeno: Las niñas bonitas se "enamoran" de los autores de libros.
Tal parece que la fórmula no radica en la actividad sino en el estatus. Si el nombre del hombre tiene relevancia y fama algo como una aureola de misterio comienza a rodearlo y esto ¡les encanta a las niñas bonitas!
Lo mismo sucede con hombres que tienen dinero. En la historia reciente hemos visto historias de niñas bonitas que se enredan con tipos nefastos que poseen cadenas de oro, grandes mansiones, jets y autos kilométricos.
Muchos de estos tipos no son agraciados físicamente, pero la gloria del estatus los maquilla.
Si en la prepa hubiese yo sido un chavo con dinero o un chavo "gloria del deporte comiteco" ¡otro gallo me hubiera cantado! Me tocó un gallo medio "tzoc" (con cierta ronquera).
"Todo es el dinero", dice Marianita; es decir, no importa que el tipo sea escritor, futbolista o delincuente. Lo que importa a las niñas bonitas ¡es el dinero! ¿Será? Parece que para la mayoría de niñas bonitas resulta fácil elegir entre subirse a un modesto volks o a un lamborghini.
Cuando Mariana se fue me quedé pensando que tal vez, a partir de ahora, en lugar de que mi mamá ofrezca un ponche de frutas, debo ofrecer una copa de champaña.