miércoles, 26 de enero de 2022

CARTA A MARIANA, CON UNA ESCALERA

Querida Mariana: Sofía dice que la escalera sirve para subir o para bajar (algunos niños usan el pasamanos para resbalar). Sofía dice que todos los chunches son de ida y vuelta, dice que un sofá, por ejemplo, sirve para sentarse o, apoyándose en la codera, para levantarse; lo mismo sucede con la cama, con la taza del baño, en fin, a todo objeto le encuentra el doble oficio. Le pregunté por un bolígrafo y ella, sin dudarlo, como si lo hubiese pensado desde siempre, dijo que sirve para tomarlo con la mano o para dejarlo. No pude ganarle. Entiendo que hay ejemplos muy rebuscados, muy sacados de la manga del mago, pero acepto que todo tiene una “subida” y una “bajada”. Como iniciamos la plática con el ejemplo de la escalera, le conté que a mí me fascinó desde niño el nombre de “escalera de caracol”, jamás, ni en mis más alocados pensamientos, habría pensado en nombrar así a una escalera: ¡de caracol! Ahora que escribí el nombre, suspendí tantito, levanté mi mano derecha del teclado y, con mi dedo índice, hice el movimiento del trazo de la escalera de caracol, inicié en un punto y ascendí; luego realicé el recorrido contrario y descendí hasta el punto de inicio. Ah, genial, qué bien sentí al hacer ese trazo imaginario, mi dedo, en forma veloz, dibujó el recorrido que siguen las personas al ascender por una escalera de caracol. Si ahora pienso en ella, miro que es un descubrimiento genial, porque (de esto saben bien los expertos en arquitectura) la escalera de caracol (imagino) fue usada por primera vez por alguien que no tenía más espacio para construir una escalera tradicional y necesitaba subir a otro nivel. Basta hincar un poste y construir un redondel ascendente. ¿Cuántos metros tiene la escalera de caracol más alta del mundo? En el Orquidario de Comitán existe un mirador genial que sigue la forma de la escalera de caracol. Por supuesto que acá es una escalera generosa en su anchura, porque ahí no hay necesidad de ahorrar espacio. El mirador del Orquidiario es una solución práctica con sentido estético, es un caracol de hierro extendiéndose en el aire. Aunque, ahora que lo pienso, para el mantenimiento de las antenas altísimas, los expertos en construcción no usaron la escalera de caracol sino la de “cuello de jirafa”, que es una escalera vertical con protección para que los usuarios no corran riesgos. No todas las escaleras tienen nombres de animales, pero en plan de juego todas se pueden bautizar para honrar la fauna. La escalera es un elemento constructivo de singular interés, porque, igual que el pasillo, comunica de un punto a otro, pero a diferencia del pasillo, tiene la capacidad de unir un punto que está sobre la superficie; es decir, va del suelo al cielo. Ya lo dice la famosa canción: para subir al cielo se necesita… Al inicio dije que algunos niños usan las escaleras para resbalar por los pasamanos. Llega el momento en que la escalera se vuelve prohibitiva para personas de cierta edad. Una vez me dijo un arquitecto que él sugería siempre, en un proyecto, pensar a futuro, por lo tanto, recomendaba que, si la casa era de dos plantas, hubiese una recámara con baño completo en la planta baja; algún día, alguien no podría subir la escalera y resultaría de gran ayuda tener un cuarto donde no hubiese necesidad de subir escalones. A mí me encanta la idea de la persona que al cumplir sesenta años dice: ¡llegué al sexto piso! Es una declaración optimista, porque, a menos que uno tenga elevador en su edificio personal, subir al sexto piso es una gran joda. ¿Cómo subir al noveno piso? ¡Pucha! Capaz que cuando termina de subir, en la celebración, tiene un infarto por el esfuerzo. Sé que no es estimulante el ejemplo de los prehispánicos cuya idea de muerte estaba en el inframundo y no en el cielo, pero, digo, tal vez la imagen de la vida más real es la del descenso. Quien cumple sesenta años no llega al sexto piso, sino que baja el sexto escalón. Posdata: en Comitán, la gente es más genial, acá la idea de la muerte es también un ascenso, pero no se usa escalera, es una gran pendiente, quien está cerca de El libro, ya está cerca del panteón, del inframundo o del cielo, si es que el occiso se portó bien y fue creyente. Sofía dice que todos los chunches son de ida y vuelta, tal vez ella cree lo mismo que los hindúes, la muerte no es más que el retorno, la vida es un eterno recorrido por una escalera en espiral. Me encanta el nombre de escalera de caracol, el nombre de escalera de cuello de jirafa. ¿Cuál es la escalera de conejo, la de cocodrilo, la de tacuatz?