viernes, 7 de enero de 2022

CARTA A MARIANA, DONDE SE DICE QUE YO SÍ CONOCÍ A LOLITA ALBORES (Parte 15)

Querida Mariana: en esta serie de cartas comento con vos una crónica que doña Lolita escribió en agosto de 2002, dentro de ocho meses hará veinte años. En esa crónica escribe sus impresiones del tiempo que vivió con Rosario Castellanos, es una crónica de primera mano con rasgos biográficos de una de las más grandes escritoras de México del siglo XX. Todo mundo sabe que en Comitán, Rosario tuvo una “cargadora” (que en realidad no ejerció tal encomienda, porque la cargadora era casi de la misma edad de la futura escritora). Esa niña llegó a la casa de la familia de Rosario a la edad de seis años. Don Trinidad Abarca, papá de la niña María, quien se dedicaba a construir capillas en el panteón municipal de Comitán, “regaló” a su hija con la familia Castellanos Figueroa y la niña creció al amparo de los papás de Rosario. ¿Querés mirar qué dice doña Lolita de María Abarca, más conocida como María Escandón? Acá va copia de un párrafo: “María Escandón fue la mujer que cuidó a Rosario cuando grande y hasta que la dejó casada regresó a Chiapas. Vivió en la Posada Na-Bolom, en donde murió en el año de 1994; cuidó de Rosario, la acompañó en sus enfermedades y en los mejores momentos. Quiso mucho a doña Adriana a quien también cuidó y a don César; a ambos los vio morir y después quedó con Chayito. De ella guardo una gran gratitud y cariño pues conmigo también fue muy buena cuando viví en casa de Rosario. Ya viviendo en San Cristóbal siempre me visitó”. Doña Lolita sintetiza la vida de María, quien estuvo al lado de Rosario desde el año treinta y tantos hasta el cincuenta y tantos. Cuando doña Lolita llega a vivir a casa de los papás de Rosario, doña Lolita también convive con María Escandón, dice: “…de ella guardo una gran gratitud y cariño, pues conmigo también fue muy buena…” María, de acuerdo con los datos biográficos, fue una mujer entregada a la familia. Cuidó a Rosario (cuentan que cuando llovía ella la acompañaba a tomar el autobús para la universidad y estaba pendiente del regreso de Rosario universitaria, con un paraguas, para que Chayito no se mojara) y cuidó a los papás. Cuando don César tuvo una enfermedad, María fue una fiel sirviente, lo mismo sucedió con la enfermedad de doña Adriana. Doña Lolita comenta que María Abarca (Escandón) falleció en 1994. Lo que no consignó es el día. La biografía de doña María Abarca dice que murió el 6 de enero. ¿Sabés cuándo murió doña Lolita? Sí, qué coincidencia, también falleció un 6 de enero, el 6 de enero de 2006, doce años después de María. Biógrafos de Rosario tuvieron oportunidad de platicar con doña María Abarca (ya viviendo en Na-Bolom), porque, igual que doña Lolita, ella tenía datos de primera mano, su testimonio fue fundamental, porque, como ya se dijo, ella vivió más de treinta años con Rosario, la vio crecer, supo de sus juegos de niña, de sus motivaciones de adolescente, de sus inquietudes universitarias y del instante en que, como Moisés, abrió los brazos, para caminar en medio del mar de la gran ciudad, ya sin la presencia de sus padres y con la cuerda del enamoramiento desenfrenado por Ricardo Guerra. Los biógrafos dicen que una de las peticiones que doña Adriana le hizo a María fue que no descuidara a Rosario, que siguiera siendo “la cargadora” de los agobios de la siempre niña. Y María cumplió, porque no dejó la casa hasta que Rosario se casó con Ricardo. Ahí terminó su misión, que comenzó en el Comitán de los años treinta. Posdata: puede parecer una declaración fuerte cuando se dice que María fue “regalada” por su papá a la familia Castellanos, pero en ese tiempo se daban esos casos. Alguien dejaba a uno de sus hijos al cuidado de una familia pudiente, porque eso significaba deshacerse de una boca para mantener. María tuvo alimentos y un techo.