jueves, 3 de marzo de 2022

CARTA A MARIANA, CON UN RECUERDO

Querida Mariana: en marzo del 2001 inicié un diplomado en Acción y Desarrollo Cultural, en la Ciudad de México. Viajé todos los sábados, del 17 de marzo al 13 de octubre, desde Puebla. Temprano subía a mi auto, lo dejaba en el estacionamiento de la TAPO (la central camionera de Puebla), me trepaba en un ADO que me llevaba a la Ciudad de México, vagón del Metro, caminata y el suntuoso edificio del Museo de San Carlos, en Puente de Alvarado, número 50; edificio que construyó el genial Tolsá. El diplomado lo recibimos en el auditorio de la planta baja, pero (imitando a mi admirado Julio Cortázar) al terminar la sesión de trabajo subía por la escalinata y disfrutaba la primera sala. Ya había platicado con don Juan y él me había dicho que como ya estaba adentro del museo podía pasearme a mis anchas por las salas. ¡No pasé de la primera sala! No quería hacer visita de turista; Julio destinaba varios días para una sola sala en el Louvre y demás museos de París; así, yo me detenía mucho tiempo frente a un cuadro para disfrutarlo. Vos sabés que los legos no sabemos mirar, se necesita un entrenamiento especial. Supe que ahí tenía la gran oportunidad de visitar el museo cada semana. ¿Mirás? El museo estaba para mí, para una mirada absorta, detenida, mirada a conciencia. Aprendí que los objetos, como si fueran frutos, comienzan a desplegar sus mejores aromas y colores a medida que te apropiás de ellos a través de la mirada y de todos los sentidos. Este diplomado fue una grata experiencia. En ese año tocó que hubiera una magna exposición de obra de Botero, en el antiguo Colegio de San Ildefonso. La visité. Aproveché que estaba cerca de la capital de la república y que cursaba un diplomado con asignaturas muy interesantes, impartido por destacados académicos. Te nombro dos o tres para que mirés el privilegio que tuve. Uno de los grandes pensadores de México (con una voz impresionante, como de búho sabio) el doctor Enrique Leff, Coordinador de la Red de Formación Ambiental para América Latina y el Caribe, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, impartió el tema: Cultura y Medio Ambiente. Recuerdo con emoción las sesiones dictadas por el doctor Néstor García Canclini, originario del país de Cortázar, pero que tiene añísimos radicando en México, nación donde ha hecho aportes relevantes para la cultura. ¿Su tema? Ah, fue el de “Investigación y estudios culturales”. Por ahí anduvo también el maestro Mario Espinosa, quien era, en ese momento, el Secretario Ejecutivo del Fondo Nacional Para la Cultura y las Artes, que se aventó el tema de “Promoción artística”; y la socióloga Griselda Galicia, quien era Directora de Culturas Populares, del ya extinto Coneculta, y ahora es funcionaria del estado de Oaxaca. Fue una experiencia genial. Pepenaba conceptos muy interesantes, al término subía con mi cuaderno bajo el brazo, saludaba a don Juan y estaba hasta las cuatro de la tarde, hora donde salía, tomaba unos tacos de canasta con un refresco, trepaba al Metro y luego al autobús del ADO. A las siete, o siete y media, llegaba a Puebla, subía a mi auto y una hora después estaba en casa, cenando con la familia. Siempre regresé como iluminado, siempre acudía con gusto a la gran ciudad, al Museo de San Carlos, fogón maravilloso del arte. El viaje me llevaba al grandioso pasado, entraba al museo, al patio que, dicen los expertos, tiene forma de huevo. Me paraba en el centro, y veía los amplísimos corredores. En mi infancia viví en una casa de cuatro corredores, en Comitán. El patio del museo, por ser circular sólo tiene un corredor, pero infinito, no se sabe dónde está el inicio y el final, ahí se puede buscar el círculo infinito. Posdata: por ahí tengo la fotografía del recuerdo, por ahí el diploma. Fuimos más de sesenta los participantes, muchos eran de la Ciudad de México. Yo viajaba desde Puebla, el amigo moreno, chaparrón, que era director del Museo del Faro, viajaba desde el estado de Veracruz; y el compa que era director de cultura de Tlaxcala lo hacía desde su estado. Más de sesenta cursamos el Diplomado en Acción y Desarrollo Cultural. Hace ya más de veinte años. Uf.