sábado, 12 de marzo de 2022

CARTA A MARIANA, CON UNA CONMEMORACIÓN

Querida Mariana: comparto con vos una fotografía del día 8 de marzo de 2022. Fue tomada en el glorioso Colegio Mariano N. Ruiz, plantel Los Sabinos. El maestro Víctor Manuel Morales López, coordinador del Colegio, hizo favor de enviarme una estupenda crónica de los actos que la comunidad del Colegio realizó los días 7 y 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. A través de los noticiarios nos enteramos que ese día, en toda la república hubo marchas de mujeres exigiendo el respeto a sus derechos. Los que saben dicen que el 8 de marzo de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer, porque ese día se recuerda la marcha que hicieron miles de trabajadoras del sector textil en las calles de Nueva York el 8 de marzo de 1857. María se molesta porque no falta el amigo varón de la oficina que el 8 de marzo le lleva una flor y la felicita; María dice que ese día no es de festejo, es de conmemoración. En Comitán, muchas paisanas participaron en una marcha que llegó hasta el palacio municipal. María dice que estas marchas visibilizan a las mujeres, son la caja de resonancia para que la sociedad y el gobierno las volteen a ver. Uf. La historia da registro más o menos exacto, brutal, de la forma en que anteriormente fue tratada la mujer en muchas sociedades. Hasta la fecha. Por fortuna la situación va cambiando, no con la velocidad que es deseable. Es difícil, en una sociedad eminentemente machista, que las estructuras cimentadas desde hace siglos puedan resquebrajarse. Se piensa que la sociedad funciona gracias a esos pilares que han sembrado los varones, sin reconocer que la mujer es el cimiento básico. Esta fotografía es testimonio de que no sólo marchas se realizan, hay miles de actos que se dan en todas partes, para hacer visible la presencia de la mujer. Acá está mi compañera de trabajo, Verónica Solórzano, oriunda del maravilloso pueblo de La Trinitaria, quien es secretaria de la Asociación Civil del Colegio Mariano N. Ruiz, auxiliada con una pala, echando abono al arbolito que recién fue plantado en un patio posterior. Testigos de honor son mi jefe, el maestro José Hugo Campos Guillén, Rector de la institución y representante legal de la Asociación, y varios estudiantes. Acá se ve a una chica que brinda con un trago de café. El coordinador menciona en su crónica que el árbol sembrado es un fresno. Según el Internet, el fresno crece como cincuenta centímetros cada año. ¿Mirás? Este arbolito, primero Dios, el 8 de marzo de 2023 ya estará crecidito, llegará por encima del metro. Este acto es de gran simbolismo, porque hablamos de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, hablamos de la vida, término femenino por esencia. Acá, la comunidad del Colegio sembró un fresno, sembró vida. Si mirás, en el fondo de la fotografía se aprecian muchos árboles. Estos árboles también fueron sembrados por alumnos, docentes y directivos. Un día, decenas de chiquitías cargaron el arbolito y lo sembraron en los huecos hechos ex profeso. ¡Y mirá ahora! ¡La manifestación de la vida se da en forma pródiga! Te lo digo yo, que durante muchos años he pasado por ahí, con la emoción de tanto verde, de tanto canto de pajaritos y, en una ocasión, la visión fantástica de una ardilla que, nerviosa, brincaba de una rama a otra. En todas las escuelas del mundo se enseña a respetar la vida en todas sus manifestaciones. Y digo esto, porque el grupo de mujeres 50 más 1 invitó a directores de diversas instituciones universitarias de la región al acto protocolario de la Firma del Convenio para Consolidar Espacios Libres de Violencia en Razón de Género. Ahí, el maestro José Hugo llevó la representación de la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar y firmó el Convenio, igual que lo hicieron muchos otros rectores. Este Convenio fue otra manifestación para conmemorar el día 8 de marzo. ¿Mirás cuántos actos? María tiene razón, esta conmemoración visibiliza a las mujeres. Ese día, como sucedió en el Colegio, se siembran fresnos, pero también, a la vez, se siembra conciencia. Los estudiantes varones reciben el mensaje que fue ignorado por los bisabuelos, en una sociedad eminentemente machista, con mentalidad del siglo XVIII. Somos, en esencia, seres humanos y cada uno de los miles de millones de habitantes del mundo tenemos igualdad de derechos. La iniciativa del grupo de mujeres 50 más 1 remarcó la palabra consolidación; es decir, que se fortalezcan los espacios libres de violencia en las escuelas, sitios privilegiados de convivencia entre varones y mujeres. Esta fotografía me encantó, sintetiza lo que ese día se conmemoró. Acá hay seres humanos que colaboran para la siembra de este arbolito. Verito toma la pala y echa abono, mientras un alumno varón detiene el arbolito para que no se vaya torcido. El ideal es que crezca lo más enhiesto que se pueda. Este es, también, el ideal de las personas de bien: que nuestras sociedades crezcan en forma derecha, lo más que se pueda. La crónica del maestro Víctor presentó un puntual testimonio de lo sucedido ese día en nuestra patria: “…las mujeres, de nueva cuenta y como todos los años, han vuelto a levantar su voz en diferentes ciudades, formando ríos humanos exigiendo la igualdad de sus derechos y, sobre todo, la seguridad que se les ha negado, toda vez que la estadística de feminicidios, al menos en México, es cada vez mayor, por lo cual levantan la voz ¡Ni una menos!” El día 8 las mujeres levantaron la voz. En el mundo hubo múltiples manifestaciones artísticas, porque hoy no sólo realizan marchas, ¡no! Las hacen, por supuesto que sí, porque la calle siempre ha sido el espacio público donde la palabra puede volar más libre; pero hicieron más. Hubo lecturas de autoras, presenciales y virtuales; exposiciones de pinturas hechas por mujeres; performances; conciertos de ensambles femeninos; presentaciones de danza contemporánea y folclórica y mil actividades más. En el Colegio Mariano N. Ruiz, los actos de conmemoración iniciaron el día 7 de marzo, con la presencia de la maestra Enriqueta Rincón Burelo, destacada intelectual chiapaneca, quien ofreció una conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer. ¿Oímos y leemos un fragmento de la crónica del maestro Víctor? El maestro escribió lo siguiente: “…es una chiapaneca y feminista altamente profesional, además de ser parte del Instituto de investigación y Capacitación en Derechos Humanos, de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Durante su intervención, mantuvo siempre el interés de los asistentes, dando una amplia explicación del motivo, orígenes de la lucha de las mujeres, así como de los logros alcanzados hasta ahora, pero, también haciendo énfasis en lo mucho que falta por recorrer en la búsqueda incansable de la igualdad entre hombres y mujeres”. Esta conferencia se celebró en el Salón de Actos, donde, en la parte posterior existe un mural donde aparece la famosa frase: “Queremos un mundo donde quepan todos los mundos”. Antes de la participación de la maestra Rincón, el Rector dio una breve explicación de las imágenes que plasmaron dos jóvenes artistas argentinos que se dieron una vueltita por Comitán: María Emilia Giacomini y Sebastián Nicolás Parodi, quienes también realizaron un mural exterior en las instalaciones del Turulete, Centro Cultural y Artesanal, que está a media cuadra de la gloriosa Escuela Primaria Fray Matías de Córdova. En el futuro alguien verá esta fotografía. Para esa persona digo que todo mundo usa cubrebocas por la contingencia sanitaria, provocada por la pandemia del Coronavirus. Las mujeres de 2022 alzan la voz en forma templada, contundente. Las marchas han contribuido a que los muros se quiebren, el horizonte ya es más claro. Como expresó la maestra Rincón Burelo, aún falta mucho por recorrer en la búsqueda incansable de la igualdad entre hombres y mujeres. Posdata: el mensaje que envió el Colegio Mariano N. Ruiz es muy claro: hay que sembrar, sembrar árboles, sembrar buenos valores, sembrar conciencia, sembrar conceptos como tolerancia y empatía, pero, sobre todo: respeto. En la medida que nuestros muchachos aprendan a respetar se logrará el ideal que engloba la frase: “Un mundo donde quepan todos los mundos”. Nos reconozcamos en la diferencia, nos reconozcamos como seres humanos, con derechos por igual.