miércoles, 30 de marzo de 2022

CARTA A MARIANA, ENTRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD

Querida Mariana: bien dicen que a toda capilla le llega su fiestecita. En 2020, la UNESCO nombró a Guadalajara, México, como Capital Mundial del Libro 2022. Hace algunos días anunciaron la programación del festejo: se realizarán más de mil eventos, relacionados con el nombramiento. Si vos estuvieras a cargo de la organización: ¿qué actos te gustaría incluir en la programación? ¿Ya miraste de lo que se trata el nombramiento? Pucha, es algo monumental: ¡Capital Mundial del Libro! No sé cuáles fueron los criterios para el nombramiento, pero, sin duda, que un buen argumento fue que en Guadalajara se celebra la Feria Internacional del Libro, la famosa FIL, que está catalogada como la feria más célebre de Hispanoamérica. Sé que vos te emocionás con tal mención, porque sos una gran lectora y porque has estado en dos o tres ocasiones en esa gentil ciudad para los talleres cinematográficos que has cursado. No hay ni para qué discutir con qué se celebra esta distinción: con un libro en la mano, por supuesto, y con un caballito de tequila (el mariachi ya es el mojol de lujo). La famosa canción dice que Guadalajara tiene el alma de provinciana, que huele a limpio, a rosa temprana. Pues ni tan provinciana, ahora, Guadalajara es una de las metrópolis de la república mexicana, pero como me has contado, sigue oliendo a limpio, a rosa temprana. Esta canción es tan célebre que el famoso Elvis Presley la cantó con acompañamiento de mariachi. Lo de rosa temprana, sonó en voz de Elvis así: rrrosa temprrrana. ¡Ah, genial! Por ahí, sin duda, habrá algunos actos virtuales y todo mundo los podrá disfrutar desde su casa. Pero, ah, nunca falta, cuando uno está acostado en el césped admirando un cielo azulísimo, de pronto aparece una nube negra. Hay que pararse, guardar el mantel y la canasta, porque puede llover. Que no se olviden los libros. El agua es enemigo acérrimo de los libros impresos. ¡A guardarlos en bolsas de plástico, a colocarles su impermeable, a resguardar el personaje principal de este nombramiento sensacional! Apareció la nube negra en medio de esta noticia fantástica. Mientras Guadalajara celebrará al libro por todo lo alto, con merecida justicia, el periódico La Jornada, del 26 de marzo de 2022, anunció que en “la década 2010 a 2019, los cien libros que han sido sujetos a más intentos de censura incluyen (…) “Lolita”, de Vladimir Nabokok; “La casa de los espíritus”, de Isabel Allende…” ¿Censura en pleno siglo XXI? ¡Censura! ¿En dónde? En el país que se vanagloria de ser la nación más democrática del mundo: Estados Unidos de Norteamérica. Hay un grupo poderoso, de conservadores (ahora sí bien aplicado el término) que, con el pretexto de defender la decencia de la nación, empujan una campaña de censura para libros que consideran afectan la moral de su sociedad. Bibliotecarios y maestros formaron un grupo de defensa para detener esta campaña nefanda, que parecería imposible en pleno siglo XXI. ¿Quiénes se abrogan el derecho de censurar la libertad de los lectores? Grupos de conservadores, de falsos moralistas. Cuando leí esta noticia infame recordé un ensayo escrito por nuestra paisana Rosario Castellanos en el periódico Excélsior (20 de febrero de 1965), donde sale en defensa del libro “Los hijos de Sánchez”, de Oscar Lewis, que fue duramente criticado por el secretario general de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Luis Cataño Morlet. Cataño dijo que el libro de Lewis lesionaba “el decoro de México”. Bueno, algo similar dijeron de la película de Buñuel: “Los olvidados”. ¿Cuáles fueron los pecados de Buñuel y de Lewis? Ponernos ante la mirada un rostro del país, un rostro al que nadie quería ver, porque era el México dramático, miserable. Hubo intentos de censura, a los cuales se opuso Rosario Castellanos. Ahora, un grupo de bibliotecarios y maestros de Estados Unidos de Norteamérica defienden el derecho de elección y aborrecen los intentos de censura. Cualquiera pensaría que a estas alturas del siglo XXI nadie puede censurar la lectura de “La casa de los espíritus”, de Isabel Allende. Y sin embargo… Pero, estos intentos de censura han existido desde siempre. Hace diez años, el libro de Carlos Fuentes fue censurado por Carlos Abascal, un conservador, que laboraba en el gabinete de Vicente Fox. Por fortuna, este intento de censura no fructificó; al contrario, el libro de Fuentes se leyó más. Posdata: celebremos la reacción valiente de los bibliotecarios y maestros de Estados Unidos de Norteamérica por levantarse en contra de la censura; celebremos que la ciudad de Guadalajara conmemorará al libro durante todos estos meses de 2022. La vida está bellamente plasmada en los libros. Nadie puede asumirse juez para decir qué leer y qué no. Cada lector debe tomar los caminos que prefiera, caerse en baches, descubrir hallazgos luminosos. La experiencia del viaje es personal y todo mundo tiene derecho a viajar como quiera, donde quiera, a la hora que quiera, con quien quiera.