lunes, 19 de enero de 2009

Cerradura sin llave


Comienza de manera imperceptible. Uno nunca sabe cuándo sucede. Un día nos damos cuenta que no recordamos si cerramos la puerta con llave.
A partir de ese momento todo es un ascenso. Esta actitud puede convertirse en obsesión.
A mucha gente le sucede. En pláticas de café se cuentan casos. Antenoche desperté a las dos de la madrugada, como es una hora recomendable para hacer pocas cosas, no leí, no prendí la televisión ni la radio, no me puse a platicar con los calcetines y tampoco consideré conveniente abrir la gaveta y buscar cosas perdidas, entré al baño y oriné (acá debo contar algo, el baño de la casa es el hogar nocturno del gato. Como no podemos dejarlo en la sala porque está de un lado para otro, ideamos que el gato duerme en el baño. En un extremo colocamos una silla de plástico, sobre ésta una caja de cartón llena de trapos. Ahí duerme el Misha). Cuando entramos a medianoche tenemos precaución que no salga (a veces está despierto, juega con un cascabel). Oriné y regresé al cuarto, busqué el hueco que había dejado entre las sábanas y me reacomodé. Estaba dispuesto a reiniciar mi sueño cuando algo me hizo abrir los ojos. ¿Había bajado la tapa de la taza? Sí, siempre lo hago. Pero ¿estaba seguro? Cerré los ojos, pero algo siguió martillando mi cerebro. Entonces pensé que el gato (como siempre lo hace) bajaba de su caja y subía a la tapa de la taza, pero como yo había olvidado bajarla el gato caía adentro y se ahogaba. Me senté sobre la cama y traté de oír algún maullido. ¡Nada! No pude más, me levanté de nuevo y fui al baño. Abrí la puerta: la taza tenía la tapa abajo y el gato dormía a pierna suelta.
Me sucede con frecuencia. A veces acabo de apagar el calentador o de echar seguro a la puerta y debo regresar para comprobar que, en efecto, hice lo que debía hacer.
Por fortuna mis obsesiones son menores. Imagino lo que le pasa al hombre que tiene a su encargo acciones mayores. ¿Le pasará esto mismo al hombre encargado del sistema eléctrico del Estadio Azteca, por ejemplo? ¿Despierta alguna noche y no sabe si apagó las luces del estadio cuando salió? ¿Qué pasa con el hombre encargado de abrir las compuertas de una presa hidráulica? ¿Qué pasa con el médico que se despierta en la madrugada recordando la operación que realizó tres horas antes y comienza a pensar en dónde dejó un par de pinzas?
¿Les sucede esto a todo mundo? Conozco muchos casos de gente que padece de lo mismo. A veces no recuerdo si vivo el día, despierto, me siento en la sala y hago un esfuerzo para recordar algún pasaje del día.