martes, 27 de enero de 2009

Las cosas pendientes


El viento llegó sin avisar, abrió la ventana y regó todos los papeles. María bajó sus manos para detener la falda. Su cabellera le tapó el rostro. Mamá Cristina estaba en la mecedora. "Aprovechen, tiren todo lo pendiente", dijo y sonrió.
María cerró la puerta y con sus dedos medio arregló su cabellera. Yo le pregunté a mamá Cristina qué nos había recomendado. Me explicó que cuando era niña su mamá le enseñó a aprovechar las corrientes de aire. La mamá de mamá Cristina aprovechaba cualquier ventarrón. Hacía un movimiento con sus brazos como si levantara un fardo imaginario y lo tiraba a través de la ventana. Sacudía sus manos y daba la media vuelta silbando. Mamá Cristina dice que siempre vio feliz a su mamá que vivió más de noventa años en plenitud. Cuando alguien le preguntaba el secreto de su armonía ella siempre decía que cuando pasaba un ventarrón por su casa aventaba todos sus pendientes. Mientras mamá Cristina me lo contaba yo veía la calle. Imaginé que tiraba todos mis pendientes y los vi perderse atrás de la montaña.