viernes, 23 de enero de 2009

"Mafaldeando"


"Comic" es la palabra que se usa hoy para designar a las Historietas (y que en mis tiempos de niño llamábamos Cuentos).
Leer los Cuentos o Historietas era como una religión. Los lectores éramos cientos y cientos (hablando sólo de Comitán, porque en el mundo éramos millones). ¿Qué recuerdos tienen esos millones y millones de lectores infantiles? Basta decir que las simples palabras "lectores infantiles" ¡dice todo!
Hoy veo a muchos niños cargando celulares o aparatos con juegos electrónicos. Juro que hace mucho tiempo no veo a un niño con un "comic", ¡lo juro!
¿Qué ha pasado?
Yo insisto que los niños lectores de historietas se convierten en lectores mayores. Además existe un ingrediente: el trazo de dibujantes chipotludos.
Durante muchos años soñé con la posibilidad de realizar una historia de Comitán en una historieta. Bastaba solicitar a varios dibujantes para que plasmaran la idea.
Ahora recuerdo que Fox y Andrés Manuel emplearon la técnica de la historieta para enviar sus mensajes políticos. Esto ejemplifica las inmensas posibilidades de dicha técnica.
Mi mamá me "regalaba" dos pesos y yo iba a la Proveedora Cultural a comprar el "Memín" y alguna otra revista que se me pusiera enfrente.
Fui un niño feliz y gran parte de esta felicidad estuvo enredada en los "cuentos". Era un tiempo en que el color estaba ausente. Las revistas tenían un color sepia que ahora se me antoja como un recuerdo maravilloso. Así como disfruto una película en blanco y negro, disfruto esas revistas en sepia. Ahora que existe la maravilla de la cámara digital, a veces tomo fotos y me encanta "pintarlas" con tonos sepia.
Un compa me recordó el otro día que en la feria de agosto (que se instalaba en el parque central) un señor colocaba un puesto con renta de historietas. Los niños se sentaban en bancos de madera y por diez centavos leían "los monitos". Hoy ya ni siquiera existe esta posibilidad. Tal vez valdría la pena rescatar este negocio, ya no como un negocio de subsistencia sino como un mero disfrute de la vida. Cuando veo a un niño sentado frente a la pantalla del televisor o manipulando su videojuego, tengo la impresión de que los niños de antes disfrutábamos más la vida, como que éramos más niños, más nubes sin olanes.