jueves, 22 de enero de 2009

Para leer de boleto en el metro


¿Un viajero lee? Todos los viajeros leen. Unos leen el mundo, la vida que pasa frente a ellos. Incluso el viajero que duerme, antes de hacerlo o al despertar, realiza una lectura. Otros leen libros.
El Sistema de Transporte Colectivo de la ciudad de México ha implementado el programa "Para leer de boleto en el metro". En las estaciones colocan libros al alcance de todos. La intención es que el viajero tome un libro, lo lea mientras viaje, y lo regrese al librero en la estación de salida.
¿Es buena la idea? Por supuesto que sí. El viajero tiene el libro al alcance de su mano. Es un poco la idea aquella de: "Si la montaña no va a ti, ve tú a la montaña". Acá el libro se acerca al lector, le guiña un ojo en intento de seducirlo.
En Comitán no tenemos metro. Pero bien pudiera realizarse un programa de lectura en donde el libro esté al alcance de los jóvenes. Por desgracia, las autoridades encargadas del sector llamado "cultura" no aparecen de manera visible. Hay una inercia nefasta en donde todo parece detenido aún cuando todo está en movimiento (o viceversa).
El otro día estuve en la Casa de la Cultura y entré a la Librería Óscar Bonifaz. La librería da pena ajena. Tuve la sensación de que en cualquier momento brincaría una araña reclamando la interrupción a la tela que teje desde hace meses.