domingo, 26 de abril de 2009

PANDEMIA


Un afecto me dijo que en Comitán campea la mediocridad. Puso de ejemplo su profesión, me habló de cómo varios de sus colegas realizan trabajos medianones.
A mí me llamó la atención una estadística que apareció en El Heraldo de Chiapas, a propósito de la afluencia de turismo durante la pasada semana santa. Tuxtla captó más de doscientos millones de pesos, San Cristóbal también superó los doscientos millones, Comitán apenas rebasó los veinte millones.
Es comprensible, en nuestro pueblo no tenemos la capacitación suficiente. Ahora que se efectuó el Festival Internacional de la Cultura y del arte Rosario Castellanos tuve la oportunidad de saludar a Ricardo Cuéllar, quien fue mi maestro en la Universidad. Él vino con Cynthia, su hijita. El primer día que nos saludamos quisimos ir a tomar un café. Como yo no soy muy de cafés y de ajos sociales, un amigo nos sugirió fuéramos a tal cafetería. La hallamos cerrada, entonces el compa propuso que fuéramos al restaurante de un hotel que está cerca de la cafetería cerrada. ¡No tenían servicio! Preferimos platicar en el parque. Por la tarde, Cynthia entró a una cafetería (vaya, pensé, no todo está cerrado). Ricardo y yo fuimos a la develación de la placa en la que fue casa de Rosario. Media hora después (lo juro) Cynthia llegó molesta. Todo ese tiempo la tuvieron esperando por un capuchino que pidió. Al final nunca la atendieron.
Es una pena propia. Es una verdadera pena.