miércoles, 10 de junio de 2009

ARENILLA PARA UNA VENTANA



Según Marianita hay más ventanas que hombres en el mundo. No hay censo que compruebe este dato. Pero si nos atenemos a la teoría de mi afecto, hay más de seis mil quinientos millones de ventanas. Pero, bueno, al hombre le bastan dos o tres ventanas para mirar el mundo, para tratar de entenderlo.
Por una calle de mi pueblo hay una ventanita muy simpática, muy comiteca. El otro día, como ella no tenía qué hacer, ni yo tampoco, nos pusimos a platicar. Ella me contó de lo que ha visto en el tiempo que lleva trepada sobre esa pared y yo le conté que soy periodista y escribo en El Heraldo de Chiapas. ¿Y si te hago una entrevista?, le pregunté, y ella, bien abierta, dijo que sí (las ventanitas permanecen abiertas durante las mañanas y se cierran en las noches; las muchachas bonitas son todo lo contrario).
Acá pues el resultado de esa conversación.

1.- ¿Importa el tamaño?
Nel, una grande o una pequeña de todas maneras te ventanea. Al ojo que es ojete le basta una ventana chiquita para levantar falsos. Esto abunda acá en el pueblo.

2.- La de la casa de Ana se llama Ventana, ¿cómo se llama la de la casa de Lucía?
Pos se ha de llamar “Ventosa” por los osos que hace o “Ventrículo” por aquello de la oscuridad.

3.- ¿Por qué el horizonte se corta a través de una ventana?
Debe ser porque toda ventana es como un cuchillo para el alba.

4.- ¿De qué escriben las ventanas narradoras?
De todos los chavos y chabacanas que pasan frente a ella; de todas las viejas y vejestorios que cargan sus penas, y de todas las bestias de mil pezuñas que se la jalan como si fuesen políticos verdaderos.

5.- ¿Qué sueñan las ventanas que son rebeldes?
Ah, ellas sueñan en ser todo lo que no son. Sueñan en ser rueda de caballitos para ir de feria en feria y de pueblo en pueblo, o sueñan con ser el perro que lleva cargado entre sus manos y su pecho una chabacana de diego (¿cómo?), digo ¡de diez!

6.- ¿Por qué a pesar de ser tan antigua hablas como si fueras una jovencita?
Porque las ventanas somos las cosas que más nos apropiamos de las cosas. Los espejos reflejan todo; nosotras, como si fuésemos Hemingway, somos bien chupadoras. Mamamos todo lo que pasa enfrente, sobre todo si somos perversas y nos encantan los chabacanos de dieciocho.

7.- ¿A qué juegan las ventanas?
Jugamos a que somos espejo de cuarto de motel o a que somos una cámara de big brother.

8.- ¿Qué prefieres escuchar: ópera o el canto de un cenzontle?
Te me pusiste de pechito, ¡por su bárbaro que el canto del cenzontle! El gorgoreo de La Callas no me canta cada mañaneta, mi querida Enriqueta.

9.- ¿Sólo te empañas cuando hay lluvia afuera?
No, tambor cuando hay lluvia de amantes adentro.

10.- Si ves un grupo de pingüinos frente a ti, ¿qué significa?
Que el calentamiento global ya nos jodió y mi caseta es un iglú y yo tengo heladas las niñas de mis ojeras.