domingo, 14 de junio de 2009

DOMINGOS DE MONITOS


Los domingos estaba cerrada la "Proveedora Cultural". Pero el domingo era día para leer "monitos". A las ocho (como si fuera obligación) llegaban los amigos a la casa para intercambiar revistas. Yo ponía un "puesto" en el corredor de la casa con todas las revistas para intercambio. Por ahí asomaban el Memín Pinguin, Tawa, el Pato Donald, Archi, Diamante Negro, Los Supersabios, Chanoc y muchas revistas más (Rodolfo siempre llevaba revistas en color sepia. Era coleccionista de las revistas de Santo, El Enmascarado de Plata. Estas revistas eran muy interesantes porque mezclaban la fotografía con el dibujo).
El trato era muy simple: revista por revista (a veces recibía revistas que, originalmente, habían sido mías, pero después de varios meses volvían a tener la capacidad del asombro por lo diferente).
Hace poco un amigo me dijo que él hacía lo mismo en su adolescencia, pero en lugar de intercambiar revistas intercambiaba libros (pucha, pucha. En Comitán nunca llegamos a tanto).
Los cuates se quedaban a leer en el corredor de la casa. A veces mi mamá los invitaba a desayunar tamalitos con chocolate y rosca.
Por lo regular, a las doce del día ya se habían ido todos los amigos. Entonces yo guardaba mis revistas en una caja de madera que tenía en el cuarto y preparaba mi bonche de revistas "nuevas". Iba al "sitio" de la casa y ahí, junto con Víctor (que era el hijo de la sirvienta), leía las revistas. Me gustaba ese espacio que estaba al lado de un horno antiguo. Me sentaba sobre unos escalones que conducían a una pared cerrada (tal vez en alguna ocasión esa escalera condujo a algún cuarto, pero ya en mis tiempos de niño sólo servía como banca para sentarse).
Aún ahora conservo muchas revistas de Memín. Hubo un tiempo en que casi tuve la colección completa. En ocasiones encuentro revistas de Los Supersabios, en tiendas especializadas. Hubo un tiempo que las compré. Hoy ya no. Son muy caras y el dinero escasea en casa.
La última vez que compré algo de monitos fue en la librería Porrúa, de la ciudad de México. Porrúa editó libros antológicos con trabajos de La Familia Burrón.
Hoy es domingo. Buscaré algunas revistas de Memín y les daré una vuelta. Aunque ya no encuentre esos escalones que servían para sentarse.