domingo, 21 de junio de 2009

DÍA DEL PADRE


Un lector dejó un mensaje acá el otro día. Recordó que su papá le compraba historietas cuando era niño. Le compraba la revista de "Tarzán".
Los papás, entre otras cosas, hacían eso en nuestros tiempos de niño. Mi papá también me compraba revistas. Pero, además, me regalaba espigas de luz a cada rato. No lo hacía como si fuese un maestro enseñando cómo debe ser la vida, ni lo hacía tampoco con aires de perfección. No, no, mi papá estaba lejos de dar sermones doctrinales. A mi papá le bastaba vivir para sembrar nubes a cada instante.
Siempre que platico la anécdota de la luz, dos o tres compas piensan que mi papá se pasaba de inocente (por no decir la palabra que ellos piensan), pero a mí esto me tiene sin cuidado, porque desde que supe lo que hizo no tengo dudas ante el comportamiento que debo seguir en la vida.
Cuenta mi mamá que mi papá fue un día a las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad, acá en Comitán, para suplicarle al jefe enviara una cuadrilla a revisar el medidor porque el recibo, al parecer, marcaba menos del consumo y estaba pagando "de menos".
En estos tiempos en que todo mundo quiere aprovecharse de todo mundo, el comportamiento de mi papá, al menos ante mis ojos, lo coloca como un hombre íntegro: un hombre verdadero.
Mi papá, como todos los hombres del mundo, tuvo defectos, pero los acompañó con el aderezo de muchas virtudes. A mí me amó profundamente y hoy, que alguien dice es día del padre, recuerdo su imagen con toda mi admiración.
En Puebla conocí un hombre que le daba vuelta al medidor de luz de su negocio para que marcara menos consumo. Asimismo llegó un amigo a sugerirme no sé que arreglo del medidor de la casa para pagar menos. Pobre cuate ¡nunca imaginó que mi papá, muchos años antes, me había marcado la ruta a seguir!
Hoy algunos piensan que soy demasiado "inocente" y dejo escapar algunas oportunidades para favorecerme. Yo sonrío y tomo la mano que, a cada rato, me extiende mi papá para caminar por ese camino sencillo por donde él siempre caminó.