domingo, 7 de junio de 2009

LOS PATRIOTAS


Todo es confuso. En un partido de fútbol entre México y El Salvador, un aficionado Salvadoreño muestra una cartulina donde dice que si El Salvador le gana a México el Director Técnico será propuesto para Presidente de la República y los jugadores serán héroes de la patria. ¿Qué hacemos los mexicanos con nuestros jugadores que perdieron? ¿Los nombramos traidores a la patria? ¿Los condenamos al tormento de Cuauhtémoc, no Blanco, sino aquel héroe nativo que le quemaron los pies? (A Blanco habría que aplicarle un tormento mayor).
Se ha dicho hasta la saciedad que el orgullo de la patria no está en los pies de los jugadores de fútbol y, sin embargo, algo le duele a la patria cuando ellos juegan en nombre de ella. Da pena verlos jugar. Bueno, da pena desde el instante en que tocan el himno nacional y vemos las bocas de los jugadores moverse a destiempo, como si sólo abrieran la boca para hacer la finta de que sí saben la letra del himno. Sería muy interesante el programa que mostrara qué cantan cuando cantan el himno. ¿Qué dicen?
Sé que muchos me llamarán apátrida, porque siempre que juega la selección yo le voy a la selección contraria. Anoche, por ejemplo, disfruté mucho cuando la Selección de El Salvador anotó y ganó. ¿Por qué lo hago? Porque sé que así México se evita muchos problemas. Ojalá que México no asista al Mundial de Fútbol.
Cuando México asiste decenas de miles de personas no asisten a su trabajo y consumen alcohol en cantidades industriales. Esto provoca un verdadero malestar a la patria. Mucha gente fallece por diversas circunstancias: accidentes automovilísticos provocados por la ingesta desmedida de alcohol y suicidios por decepción (sí, aunque sea difícil creerlo, hay gente que se suicida porque México pierde).
Asistir al Mundial es casi casi como subirse a un avión que se desplomará. Los que se salvan son los que, por diversas causas, no subieron al avión aun cuando tenían boleto. Ojalá, Dios quiera, que por salud de la patria, ¡México no asista al Mundial! Ojalá que lleguemos tarde al aeropuerto y que el avión despegue sin nosotros.
Es difícil que la selección pierda ante Trinidad y Tobago, pero ¡no es imposible! Ojalá que México pierda. La patria ganará mucho.