domingo, 2 de agosto de 2009

CADA QUIEN SU NUBE


¿Cómo se forman las ciudades? Es casi improbable que sea proyecto de un hombre solo. Por lo regular se forman a partir de comunidades de hombres.
Digo lo anterior porque Mariana quiere construir una ciudad de sueños. Ayer, muy segura, me dijo: "No necesito a nadie más".
Necesitarás nubes, le dije. Ella abrió las manos y me dijo: "¡Acá tengo miles!". Como vio mi cara de incrédulo tomó un cuaderno y un lápiz y pintó dos nubes. "¿Cuántas quieres?", me preguntó.
Es su proyecto. Es su sueño. No sé bien a bien cómo será, al final, la ciudad de Mariana, pero la imagino como la ciudad ideal.
Queramos o no, las ciudades reales donde habitamos se alejan mucho de nuestra ciudad ideal. Los hombres nunca estamos satisfechos con lo poseído, siempre deseamos más. No faltan quienes anhelan para Comitán un pico como el Everest. Tal vez en Suiza alguien sueña con una playa estilo Acapulco.
La ciudad de Mariana estará llena de nubes, pero no imagino el resto. No alcanzo a comprender cómo serán sus casas. La gente, ¿en dónde hará su pan? ¿En dónde sembrará su trigo?
Cuando Mariana me preguntó si me gustaba su proyecto, le dije ¡sí!, por supuesto. A Mariana le espera una labor ardua, por lo regular, las ciudades son proyectos de muchos hombres, de muchos sueños. No obstante es bueno que ella sueñe con ello. Si los hombres creyéramos en la posibilidad de nuestros sueños, tal vez, ya habríamos logrado la ciudad ideal.