jueves, 27 de agosto de 2009

ECHAR EL MAÍZ


Los que saben dicen que "echar el maíz" es adivinar el destino con granos de maíz. Los adivinos toman varios granos, los mueven dentro de sus manos (como si fuesen dados de juego de azar) y los avientan sobre el suelo. De acuerdo con la ley de probabilidades, siempre se forma una figura diferente; así, el destino de cada uno es único.
¿Cuál, entonces, es el destino del universo? Si miro el cielo de noche, la figura que forman las estrellas se me hace como ese dibujo con granos de maíz. El mito diría que una tarde en que los Dioses se aburrían cogieron los granos de estrella, los movieron entre sus manos y los aventaron sobre el infinito.
De acuerdo con la ley de probabilidades la figura cósmica es irrepetible y ningún universo alterno posee una similar.
¿Existe, en algún plano de la realidad, un vidente que lee el destino del universo a través del dibujo que formaron las estrellas?
Tal vez es lo que intentan hacernos creer quienes "leen" los astros acá en la tierra. Esto es un absurdo, porque sólo puede leer el destino quien tiene acceso a la "figura" completa. ¿Quién puede ver el universo en su totalidad?
Es tan complejo que muchos preferimos, en lugar de "echar el maíz" sobre el suelo echarlo sobre el comal y comérnoslo en una tortilla caliente. Muchos preferimos mirar el pedazo de cielo que nos tocó, sin más intención que la de sabernos vivos al máximo.