miércoles, 26 de agosto de 2009

EL QUE ESCUPE PARA ARRIBA


El astronauta dice que desde niño soñó con ser astronauta. Miraba el cielo y soñaba con viajar en un transbordador.
Mi prima Nora salía al patio de su casa y miraba el cielo,igual que el astronauta, pero ella soñaba en su príncipe azul. Soñaba con su amado y que éste veía la misma estrella y pensaba en ella.
Por el contrario, el tío Mario miraba el cielo para saber cómo iba a estar el clima al otro día.
Dicen los que saben que ahora ya no vemos el cielo con frecuencia.
No sé los demás, pero yo sí veo el cielo diariamente en la madrugada. A la hora que salgo al patio de servicio para prender el calentador veo el cielo. A veces me topo con un cielo lleno de nubes y todo es como si yo estuviera en una burbuja de niebla; a veces el cielo está limpio de nubes y veo las estrellas y doy gracias a Dios por ese prodigio (qué raro, tal vez soy un poco como mi prima Nora, porque, igual que a ella, me maravillan esas luciérnagas prendidas, me maravillan mucho más que el racimo de nubes).
Tal vez, igual que los primeros humanos, seguimos viendo el cielo con la misma asiduidad, pero ahora dilatamos menos tiempo y al verlo soñamos sueños muy diferentes.
Los compas que vivían adentro de cuevas no soñaron nunca con ser astronautas. Tal vez algún sacerdote maya, trepado en lo más alto de una pirámide de Tikal, soñó con ser un Dios alado, tal vez.
El astronauta dice que soñó con tal intensidad su sueño que se le hizo realidad; es decir, hizo todo lo que debía hacer para lograrlo.
También a mi prima Nora se le cumplió su sueño. Un día -o una tarde- un hombre (el buen Alfonso) se presentó en su casa para pedir trabajo. Mi prima lo contrató y con el tiempo se hicieron pareja. Ahora siguen juntos y juntos ven crecer a Norita y Mary, dos niñas hermosas, bien juguetonas y llenas de vida.
Yo no sueño nada cuando miro el cielo, no pido nada. Sólo respiro de más y doy gracias a Dios por el milagro de esa burbuja llena de infinito.
Dicen los que saben que si se desea con intensidad ¡el sueño se cumple!