martes, 21 de diciembre de 2021

CARTA A MARIANA, CON PALABRA DE USO REGIONAL

Querida Mariana: la palabra achigual es una palabra que sólo se usa en la región. Si decís la palabra en el norte del país debés dar su significado, decir que achigual se refiere a los desperdicios de la comida. Por lo regular, antes (no sé ahora) era la comida que le daban a los cuches que estaban en el sitio. Todas las sobras de la comida se tiraban en una cubeta y cuando ésta ya tenía una cantidad suficiente, los sobrantes se echaban en el chiquero. Ahora que escribí la palabra achigual en el procesador de textos apareció una rayita roja, la que indica un error. No es una errata, sucede que el diccionario del chunche electrónico no la reconoce, porque no la tiene registrada. Esto que parece ser una intrascendencia resulta una genialidad. El escritor Julio Cortázar llamaba Cementerio al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, porque contiene muchos términos que están enterrados desde hace siglos. El único diccionario viviente es el que usan las personas en su día a día. Aunque hay que decir que nuestro diccionario vital cada vez es más pishcul, porque nuestro morral lingüístico tiene huecos donde las palabras se diluyen como si fuesen arena. Digo que es una genialidad, porque nos indica que cada persona posee un diccionario personal exclusivo. Vos ignorás alguna palabra favorita de tu novio y viceversa. Los estudiosos de la literatura han descubierto (no es el hilo negro) que los poetas tienen preferencia por ciertas palabras y las emplean en muchos poemas. Cuando platicamos con amigos aparecen términos que no reconocemos. En nuestra mente aparece una rayita roja, que indica dos cosas: o la palabra está mal empleada o no es parte de nuestro conocimiento. A mí siempre me brinca la palabra “acompletar” que utilizan muchas personas. No, no. El verbo es completar quiero decir, pero entiendo que es un término no prestigioso que aprendieron en algún momento y lo dejo, porque sé que hay muchos que lo emplean. Ahora, como hemos platicado, en cuestiones de lenguaje ya no se vale decir que está bien dicho o mal dicho. ¡No! Ahora los lingüistas dicen que un término es prestigioso o no prestigioso, y si en una comunidad lo emplea la mayoría se convierte en prestigioso. La palabra achigual se sigue empleando en Comitán. Hay un portal electrónico que así se llama. La imagen de dicho portal es un cuch vestido de etiqueta, como diciendo que hay de cuches a cuches. Como dijimos, achigual es el desperdicio, las sobras, el alimento de los puercos, de los cerdos. No es algo agradable, porque es una mescolanza de todos los sobrantes alimenticios. Digo (lo consulté en el Internet) que el término se emplea en varias regiones del sur del país y tiene su origen en una palabra náhuatl: tachigual. Según Marcos Becerra (maestro del lenguaje), los hablantes del náhuatl usaban la palabra para designar “los residuos que resultan de las rebabas de la masa de maíz a la hora de producirla por medio del metate”. ¡Ya! Eran todos los sobrantes de la rebaba de la masa que utilizaban para alimentar a los cerdos. Por derivación en estos lugares se llamó así a todos los sobrantes de la comida. Tenés razón, querida mía, el achigual es una sustancia desagradable. Las sobras de la sopa van a dar a la cubeta, y a la misma cubeta van a dar los sobrantes de los frijoles con chorizo, la tortilla seca, el chicharrón, el arroz y mil cosas más. ¡Qué asquerosidad! ¡Delicia para los cerdos! Posdata: en varios momentos he escuchado que algunos paisanos usan el término para decir que algo es una mescolanza infecta. En el diccionario de la “Rial” Academia de la Lengua Frailescana aparece el siguiente ejemplo: “en la Escuela Federal beben agua de achigual”. ¡Padre eterno! Ya imagino a los padres de familia preocupados porque sus hijos no beben agua más o menos potable, casi casi beben lo que beben los cuches (espero que con esta denuncia las autoridades educativas hayan procurado contenedores de agua potable para los alumnos de la Federal).