domingo, 26 de diciembre de 2021
CARTA A MARIANA, DONDE SE DICE QUE HAY MIRADAS ESPECIALES
Querida Mariana: disculpá, pero así somos los comitecos: ¡geniales! Carlos Gordillo (quien toma las fotografías de portada de nuestra ARENILLA) obtuvo este reconocimiento. ¡Nadita!
El papá de Carlos también es genial, creció en una ranchería y ahí se deslumbró con el sonido de la armónica (violineta, le decimos en Comitán). En la noche escuchaba el sonido triste de la armónica volando entre los pinos y acariciando el espíritu de los campiranos. El 13 de diciembre fue su cumpleaños, le hice una llamada y le dije que no podía hacer lo que él hace: tocar las mañanitas con su violineta, pero se las canté con mi voz endeble.
Ahora hago lo mismo para su hijo: Carlos. No es su cumpleaños, pero este reconocimiento internacional merece que cantemos la de Violeta Parra que dice: “Gracias a la vida que me ha dado tanto. / Me dio dos luceros que cuando los abro / perfecto distingo lo negro del blanco…” Canción bellísima que hoy dedicamos a Carlos, uno de los grandes fotógrafos de Chiapas.
¡Que suene la violineta! ¡Que suene Violeta Parra! Demos gracias a la vida por todos sus dones, la celebremos alzando la copa, sonriendo. Celebremos a nuestros grandes fotógrafos. Carlos es integrante de un grupo de fotógrafos geniales de este pueblo. En estos maravillosos tiempos ellos se han dedicado a hacer el álbum testimonial más bello.
Si de algo no nos podremos quejar será el testimonio gráfico que nos legan los maravillosos fotógrafos, sus miradas hacen eternos los instantes, pero los hacen en forma sutil y bella.
Como bien dice la gran Violeta Parra: la vida nos ha dado tanto. Cuando tomamos conciencia de ello, vemos el alud de bendiciones. Nosotros, legos, tenemos los ojos para admirar el trabajo de los artistas visuales; y éstos, Carlos incluido en los primeros lugares, tienen la mirada privilegiada. Sus ojos son ventanas que captan la esencia de la luz y nos la regresan para que cantemos jubilosos. Sí, cantemos, bebamos, brindemos por la generosidad de nuestros artistas, por su mirada certera, por su habilidad para estar en el lugar exacto en el instante preciso.
¡Ah, qué orgullo al saberlos exitosos! Cuando vi el reconocimiento para Carlos me sentí feliz por nuestro pueblo. Carlos es continuador de la gran tradición cultural de este pueblo. Él es rama de una inmensa ceiba que ha prodigado arte a la región.
Él, como dice Violeta, recibió dos luceros que cuando los abre, perfecto distingue lo negro del blanco, pero él, artista innato, va más allá, sabe en qué instante el negro y el blanco logran la armonía plena, inédita.
La fotografía con la que logró el reconocimiento para ser finalista y parte de la Selección Oficial del Sexto Concurso Internacional de Fotografía FFIEL 2021 es una toma en blanco y negro. La foto completa es prodigiosa, acá se observa, en la hendija del logotipo, un fragmento de ella. ¿Ya viste? Aparte de la belleza plástica de la imagen es síntesis de un cachito del carácter del comiteco: la mujer, en un ventanillo, observa desde adentro los sucesos de la calle. Ahora, en muchas residencias hay cámaras de vigilancia, los propietarios desde las pantallas de su celular pueden ver el movimiento de la calle. Pero, cuando no había esas cámaras, las personas hurgaban (jurgaban, dicen en el pueblo) lo que pasaba afuera, bastaba abrir el ventanillo o hacer un ladito a la cortina de la ventana, para practicar uno de los oficios más antiguos del mundo: el voyerismo.
¡Qué alegría! Que suene la violineta, el tambor y pito, las chirimías. Celebremos la vida que Violeta nos enseñó a apreciar; demos gracias a la vida por los dos luceros que, cuando los abrimos, nos permiten distinguir el negro del blanco y la belleza de las creaciones artísticas de nuestros artistas comitecos.
Posdata: Carlos es uno de los grandes. Por fortuna, en este pueblo tenemos muchos grandes, enormísimos fotógrafos, que nos obsequian el producto cultural de sus miradas prodigiosas, que hacen que este pueblo se sienta chento de ser cuna de ellos.
Benditas miradas de ojos hurgones, metiches, traviesos, geniales. ¡Felicidades! ARENILLA Revista se siente chenta al ver que uno de sus colaboradores es reconocido por su arte, en una competencia internacional. ¡Nadita somos los comitecos!