viernes, 17 de diciembre de 2021

CON RÍOS DE PAPEL CELOFÁN

A veces divido el mundo en dos. Ayer lo dividí en: mujeres que son como árboles de navidad y mujeres que son como nacimientos. La mujer nacimiento siempre tiene los pies y el musgo sobre la tierra, no hace sueños en el aire, los enraiza en el suelo, donde crecen como árboles con frutos auténticos. Sus árboles no sirven para colgar esferas, sirven para colgar columpios, para colgar nidos de tiucas y para imaginar que es posible enderezar los árboles que tuvieron el defecto de crecer torcidos. La mujer nacimiento se extiende generosa en la campiña y en el valle, camina por las orillas de los ríos y asciende por las lomas con caseríos. Jamás alguien se ha caído por colocar una figura sobre su cuerpo, como sí sucede con personas que suben a escaleras para colocar estrellas en las puntas de los árboles. Las estrellas de la mujer nacimiento coronan sus pechos, su frente, su vientre, su entrepierna, sus pies, muslos y nalgas. Con ella es posible jugar mil juegos eróticos y sensuales. Uno de los mejores juegos del mundo es buscar estrellas en los pueblos y montañas de su cuerpo, el amante vuelve a ser niño, camina por la arena tibia de la playa para descubrir estrellas de mar. Cuando la jugadora es otra chica se siente bendita cuando después de conseguir mil estrellas de mar encuentra la ansiada y bendita anémona divina. La mujer nacimiento comiteca es única, tiene aroma de romerillo y esencia de copal, sus caminitos de arena fina tienen la huella de carneritos de algodón y chujitos de tela. Los lagos donde nadan los patos están hechos con fragmentos de espejos que siempre responden en forma positiva, a la pregunta: ¿soy la más bonita? El amante de la mujer nacimiento siempre encuentra en el suelo la respuesta a la belleza física y espiritual. La mujer nacimiento convoca y une a la familia, es el punto de convergencia, es el árbol donde se reúnen los pájaros que emigrarán hacia zonas más cálidas, es la cuerda donde los chicos se cuelgan para aventarse a mitad de la laguna. La mujer nacimiento es la humedad para la nube, la voz para el amanecer, el hilo para la telaraña y la leche para el recién nacido. Ella no duda entre el viento y la eternidad, ni titubea ante el instante o el abismo. Su vuelo es de barco sobre el agua, de mano sobre la superficie de la mesa. No se despega del piso donde su destino la colocó, ella es feliz prodigándose, sembrando luz en la mirada de todos lo que la admiran. Ella está hecha a la usanza de los pueblos tradicionales, los que fueron formados con palitos y piedritas. Ella permite todo, todo lo transforma, si alguien le coloca una diadema de alambre de púas, ella endereza ese alambre y lo vuelve un poste para alcanzar nubes hechas de algodón. Cada una de las púas, forradas con alpaca, sirve como escalón. En ella caben todas las palabras y todos los tiempos verbales. Alguien puede decir que viaja o que viajará o que viajó y todo es recibido como un pozo de agua bendita, porque, a diferencia del árbol navideño, la mujer nacimiento permite que medio mundo viaje por sus calles y callejones. Nadie está impedido para el viaje sensacional, incluso el discapacitado (incapacitado, que decíamos en Comitán). Quien tiene una lesión en las rodillas puede, perfectamente, viajar en su silla de ruedas, porque cada una de sus pendientes, tiene rampas especiales para que los dedos experimenten la magia de la caricia tierna. Es tan pródiga y prodigiosa que permite la convivencia de todos los climas del mundo, al lado del volcán nevado que colocó la mano infantil está un paisaje marino que pintó la abuela; al lado de un bosque lleno de pinos bien puede estar el desierto donde María y José buscan el pesebre. Al lado de gallinas hay patos, leones, nutrias, elefantes, garzas y murciélagos. Todo cabe en el cuerpo de una mujer nacimiento, porque ella se tiende generosa por todo el cuarto, sale por la puerta al patio y continúa en la calle, en la carretera, en la playa, en el mar y, en la línea del horizonte, hace equilibrio hasta llegar a la luna en conjunción con venus y marte. El universo está contenido en la mujer nacimiento. Antes era una mujer muy conocida, hoy es una rareza, por eso es muy apreciada. A veces divido el mundo en dos. Mañana lo dividiré en: mujeres que tienen alma llena de lama, y mujeres que son como una bufanda confortable.