lunes, 31 de mayo de 2010

OBRA TEATRAL



Había una vez un pueblo con una gran tradición artística. La gente caminaba por las calles y escuchaba sonidos de los pianos, violines o marimbas que se desparramaban por los balcones. Adentro de las casas, en las salas y patios, las familias disfrutaban el galano placer de la convivencia. Los caminantes hacían una pausa, apresaban con sus manos esas notas y las embarraban en sus corazones. Sentían sabroso cuando algo como una brasa calentaba su espíritu.
Se sabe que la gente afecta al arte es luminosa. Por esto el pueblo brillaba como brillan los vitrales de Nuestra Señora de París, con una luz sosegada e inspiradora.
El pueblo se llamaba Comitán y se sentía orgulloso de sus artistas, de su gente, de sus corredores llenos de helechos y de sus ventanas como colibríes. La gente acudía al teatro e imaginaba que el mundo era esa sonrisa o lágrima que se desgajaban como manzanas sobre el escenario.
La gente de bien dice que la familia de Marvin Arriaga, directora actual de Coneculta-Chiapas, es comiteca; dicen que ella misma nació en este nido de luz. Quién sabe si ello es cierto, porque el pueblo candelabro también se caracteriza por ser fantasioso y argüenderito. Pero puede que sí sea cierto y que doña Marvin sea cositía. De ser así su familia vive en medio de ese fogón y ella misma recibió la savia de esa herencia. ¿Marvin niña pepenó algún rescoldo de arte a la hora que trepaba a un árbol en “el sitio” o la hora que jugaba a la “comidita” en los corredores de su casa? ¿Marvin niña bajó alguna nube en el teatro de la Casa de la Cultura y con ella forró sus sueños de adolescente y de adulta?
Había una vez un hombre en ese mismo pueblo que escribía cuentos “exagerados”. Una vez escribió un cuento donde las autoridades inauguraron un campo de fútbol bellísimo pero sin porterías. ¿Qué hacían los imitadores del Bofo para jugar fútbol? ¡Claro, las piedras no sólo sirven para hacer cimientos! Los jugadores colocaban dos piedras señalando el lugar de la portería.
Bueno, pues en ese pueblo llamado Comitán, los actuales amantes de “las culturas y de las artes” asisten a un auditorio recién remodelado que no tiene “porterías”. Los actores deben llevar sus “piedras” para demarcar el lugar donde se supone está el telón.
Escribo esto porque, sin duda, doña Marvin no sabe que el auditorio del Centro Cultural Rosario Castellanos fue reinaugurado sin que la obra estuviese completamente terminada. El escenario del teatro que lleva el nombre de la insigne escritora comiteca carece de un telón. Estoy seguro de que la directora de la institución más importante en materia de promoción cultural, ahora que se ha enterado del guión de una obra inconclusa verá la forma de que la gente de su pueblo goce de un teatro digno. Resulta inconcebible advertir que se promueve con bombo y platillo un Festival Internacional con el nombre de la escritora y cuando uno revisa la fachada encuentra un cristal roto.
Había una vez un pueblo con una gran tradición artística. Ese pueblo daba lustre a su país, se sentía orgulloso de sus hijos más excelsos, los que tuvieron la fortuna de desempeñar cargos importantes y nunca se olvidaron de él.

domingo, 30 de mayo de 2010

CONGRESO INTERNACIONAL DE PARTERÍA (Boletín)


En puerta Congreso Internacional de partería y parto humanizado

*Asistirán como ponentes parteras profesionales de diversos países

*Se realizará en San Cristóbal de las Casas, Chiapas del 11 al 13 de junio
El número de partos atendidos en casa han aumentado frente al desproporcionado e histórico aumento de cesáreas practicadas en los hospitales en todo el mundo, pero aún hace falta difundir los numerosos y diversos beneficios de parir en casa sin intervenciones quirúrgicas, sin anestesia ni oxitocina.
Ante ello, por segunda ocasión en Chiapas se realizará el Congreso internacional de partería y parto humanizado al cual asistirá una veintena de parteras tradicionales, enfermeras, doulas, médicos, educadoras e investigadoras de distintas partes del mundo para impartir conferencias y talleres relacionados con el parto desde la sabiduría tradicional y el conocimiento científico.

La coordinadora del Congreso y directora fundadora de Casa de partos Luna Maya, organización convocante, Cristina Alonso Lord, afirmó que recientemente el Centro de Control de Enfermedades de EEUU publicó que la tasa de parto en casa aumentó un 5% en los últimos 3 años; en el Reino Unido también aumentó del 1 al 3 % y en México cada vez se conocen más casos de mujeres que optan por parir en casa.

Este fenómeno está llevando a que parteras, doulas, educadoras perinatales, promotores de salud y médicos, tengan la responsabilidad de conocer y difundir por qué parir es mejor. “Sabemos que es más seguro nacer en casa, que el parto inicie espontáneamente, sin intervenciones, sin anestesia, sin instrucciones a la madre. Sabemos que después de miles de años, la naturaleza sigue siendo más sabia y más confiable que cualquier invento humano”.

Por tanto, este segundo Congreso tiene como objetivos “Compartir nuestro saber ancestral e intercalarlo con nuestro saber científico, reconocer nuestro saber intuitivo y ubicarlo en nuestro saber práctico; activar redes de educación y formación de nuevas parteras para compartir nuestro saber así como conocer el parto normal a partir de la investigación y publicación sobre el parto en casa y la partería”.

Durante el evento, que inicia el 11 de junio y culmina el 13 en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas; asistirán especialistas en el tema como las parteras Whapio Diane Bartlett, Elizabeth Cholow Kirsch, Makeda Kamara, Cristina Galante , Araceli Gil Archundia, Carmen Duran, asi como la doctora en Naturopatía Jacqueline Macgrath, la gineco obstreta Ayde Pacheco, entre muchas otras más especialistas en el tema del parto natural y humanizado, además de especialistas del Instituto de Salud Pública, Lisa Demaria y el Director del Centro Nacional de equidad de género y salud reproductiva de la SSA Dr. Luis Alberto VIllanueva.

Entre los temas a tratar se encuentran: “Manejo de la mujer con diabetes estacional fuera del hospital”, “Experiencia de trabajo de partería con mujeres en situación de violencia”, “Atendiendo partos de nalgas en casa”, “partería quántica y el principio de no molestar””Tratamientos alternativos para infecciones vaginales y papiloma humano” “Siempre vivas parteras, el documental como herramienta política”, “Incluyendo el parto humanizado en el movimiento de justicia social en los EEUU”, entre muchos otros más.

Para mayor información o registro al congreso, puede ingresar a la página del congreso: lunamaya.org/congreso o llamar a las oficinas de Luna Maya al 967 678 3321.

UN FUNDADOR DIJO ADIÓS


Murió el creador de La Familia Burrón. Esto es como decir: El Fundador desapareció. Fundó una familia para la gran familia. Hoy, los cartonistas no fundan familias. Gabriel Vargas representó a una sociedad que fincaba valores en el concepto familiar. Hoy, Jis y Trino dibujan al Santo y a La Tetona Mendoza, individualidades que corresponden a otros valores.
¿En dónde vive la Tetona? Todo mundo sabe que La Familia Burrón vive en una vecindad e incluso reconoce el nombre del callejón donde vive. Es fácil llegar hasta ellos. Los personajes de cómic de hoy no los hallamos a la vuelta de la esquina, no sabemos dónde viven.
La Familia Burrón correspondía a la idea de que el desarrollo de la patria estaba fincado en "el núcleo familiar"; hoy, la sociedad está fragmentada desde su célula principal y el valor esencial es la idea de la individualidad.
A mediados del Siglo XX aún existían familias con siete u ocho hijos o más. Don Gabriel fundó una familia con tres hijos. Pocas son las familias actuales que tienen más de dos hijos. Los Burrón vivieron en El Callejón del Cuajo. Las ciudades actuales carecen de callejones porque son sinónimo de trampas para el asalto, la violación y la malvivencia.
Nuestra sociedad ha cambiado. Los Burrón son un mero referente de tiempos pasados; tiempos donde la imaginación y la candidez podían mostrarnos caminos sencillos. Hoy todo es complejo. Ningún cartonista se propone fundar familias, porque este concepto ya no encaja en el imaginario colectivo.

viernes, 28 de mayo de 2010

INSTRUCCIONES PARA ALIGERAR LA CARGA



1.- Cada quince días ir con el peluquero y pedirle que rebaje tantito nuestras alas.
2.- Limpiar los estantes una vez por mes (se entiende, claro, que nos referimos a los estantes del espíritu; si alguna viga está apolillada se puede sustituir por una hamaca de luz).
3.- Cambiar todas las puertas interiores de la casa, sustituirlas por cortinas de agua.
4.- Caminar todas las mañanas, de preferencia caminar por senderos donde puedan pepenarse piedras que una vez los niños emplearon para matar pajaritos con la honda (tirachinas que le dicen en Argentina).
5.- En casa, inaugurar una pista de aterrizaje para los vuelos de pájaros de las siete y de las ocho de la mañana.
6.- Dedicar la noche del domingo para velar el Mar Muerto.
7.- Diseñar un mapa del universo y bautizar con nombres sorprendentes cada uno de los hoyos negros (ya se sabe que el primer hoyo negro debe llamarse Stephen Hawking).
8.- Poner de moda el lazo con que Judas se ahorcó. Puede usarse como pulsera o como corbata (con ello se evitan complejos de culpa inútiles).
9.- Escribir una serie de cuentos infantiles donde las migas de pan avientan niños sobre la vereda para no extraviarse y hallar el camino de regreso.
10.- Creerse el ogro del cuento, entrar a un colegio de niñas y pedir “dos para llevar”.
11.- Enamorar a una chica anoréxica y “hacerse de la vista gorda” cuando ella no coma.
12.- Todas las mañanas hacer una regla de tres simple: si el entero es un huésped ¿cuántos cuartos a medias hacen un hotel?
13.- Cambiar la vocación de los objetos: que las llaves sirvan para amarrar perros y las cadenas para abrir candados.
14.- Tomar un jugo de Sabines todas las mañanas (no aceptar genéricos, verificar que sea de Jaime auténtico. No hay necesidad de checar caducidad, sus versos son como la miel, nunca se echan a perder).
15.- Entrar a las oficinas de Coneculta Chiapas y preguntar por Tonalá o por Puerto Arista, si un funcionario con cara de guanábana dice que ahí sólo Arriaga, dirigirse directamente a Huatulco o a Zipolite.
16.- Organizar un ciclo con películas de Buñuel. Empezar con “Los Olvidados” y terminar con “Los Recordados” (claro, en medio debe verse “El perro andaluz”).
17.- A la novia regalarle un microondas para que caliente su lívido (recordarle que no debe meter platos de unisel).
18.- Nunca decir “adiós” si puede decirse “¿cuándo volvemos a vernos?”.
19.- Nunca pagar las tarjetas de crédito con deudas de honor, y
20.- Antes de acostarse, rezar el Padre Nuestro con una ligera variante: “…así como nosotros endeudamos a nuestros perdonadores”.

jueves, 27 de mayo de 2010

miércoles, 26 de mayo de 2010

SOBRE LAS ALAS DE FUEGO



El rumor corrió por todas las calles. En el “Hotel Internacional” está hospedado el hombre que vio el ángel. El frente del hotel está lleno de personas que, con avidez, miran hacia el segundo piso. Esperan que Ausencio se asome y los salude desde el balcón, antes de la entrevista que concederá a los enviados de Televisa. Dicen que Susana Solís acudirá y tendrá un enlace en vivo con Loret de Mola.
El rumor cuenta que hace dos noches, Ausencio entró a la cantina, a la hora que salió del taller. Se sentó en la mesa que ocupa siempre, en la esquina más oscura del local, cerca del mingitorio y de la ventana que da al callejón. La mesera se acercó, acarició la mano del ciego y luego se asomó por la ventana y vio al perro atento, debajo de la ventana, en actitud de permanente cuidado de su amo. Ella tomó unos trozos de pan y los aventó por la ventana, oyó cómo el perro los olisqueó y luego los comió. Ausencio sonrió, desplazó su mano sobre la mesa de madera, tomó un trozo de pan y le untó mantequilla. La mesera fue y volvió, abrió la cerveza ante él y aunque sabía que no podía verlo se le hacía un acto de honestidad abrir la botella enfrente del cliente. En los últimos tiempos los clientes desconfiaban de todo, corrían muchas historias de lugares donde a las bebidas les echaban narcóticos y asaltaban a los clientes o los asesinaban para amputarles los órganos.
Ausencio palpó la cerveza y comprobó que estaba helada, al punto. Dio dos tragos generosos y su boca se llenó de espuma. María, con cuidado, le pasó su servilleta por los labios. Ausencio sonrió. Ella lo dejó pues alguien, dos mesas más allá, le pidió una ronda de cervezas. Escuchó unos pasos de hombre y luego el ruido de unas monedas. La rocola comenzó a tocar una canción de José Alfredo. Cerca de donde estaba sentado el ciego alguien comenzó a tararear la canción, con mucho sentimiento, como si tuviera clavado alguna espina en el corazón.
Ausencio supo que “Duque” había terminado el pan y le silbó. El perro ladró, una, dos, tres veces. Ladró de más. El tercer ladrido indicó que alguien se acercaba. Ausencio levantó su cara y aguzó el oído, como si fuera un venado y pretendiera olisquear la presencia de un humano. Su nariz detectó el aroma de un humano, pero no alcanzó a escuchar los pasos. “Duque” volvió a ladrar, el ciego no supo hacia qué rumbo caminaba el desconocido o si se había detenido frente a la puerta de la cantina. El callejón era el paso obligado para ir a San Sebastián, si se caminaba de derecha a izquierda, o para ir a La Cruz Grande, si se caminaba en sentido contrario. Colocó sus manos sobre la mesa y esperó. ¡No oyó algo! El perro se mostraba inquieto y ladró como si fuera medianoche y algún fantasma corriera por la calle.
La cortina de carrizos de la cantina se movió y un hombre entró. Ausencio olió al hombre, olió el sudor de su cuerpo. Llevaba más de diez días sin bañarse; su camino, sin duda, había sido extenuante. ¿Quién sabe desde cuándo anda errante? Pero, por más que intentó oír sus pasos no logró escuchar más que la voz distante, cerca de la barra, al pedir una cerveza, la misma que el ciego tomaba. Sintió el olor más acre y supo que el hombre estaba sentado a pocos pasos de él, sentado en la misma mesa. Ausencio venció un temor inexplicable y volteó hacia donde estaba el forastero y fue cuando supo que era un ángel. La luz que emanaba de él era tan intensa que incluso él, que no se alteraba a la hora que alzaba la cara al Sol, debió cerrar los ojos para que no le hiriera. “¡María!”, gritó, pero la mesera nunca acudió porque todo mundo corría alterado de un lado para otro, se tropezaba en las mesas y contra las paredes.
Al otro día se supo que todos habían quedado ciegos. Nadie sabe explicar qué pasó. Hay rumores de la visita de un extraterrestre, porque tres campesinos juran haber visto “un como platillo volador plateado”. Sólo Ausencio insiste en decir que era un ángel porque tocó sus alas.
Ahora la gente espera que él salga y, ante la televisión nacional, cuente lo que pasó. Mientras tanto, en el Hospital recién inaugurado, catorce personas, doce hombres y dos mujeres, reciben atención médica y se enteran que nunca más volverán a ver porque sus retinas fueron quemadas por una luz intensísima.

martes, 25 de mayo de 2010

LOS INSTRUMENTOS DEL PODER


¿No es posible que la selección mexicana de fútbol renuncie al Mundial? Mario hizo esta pregunta, ayer, después del partido de México contra Inglaterra.
En la final del fútbol mexicano, entre el Toluca y El Santos, la policía de Toluca reportó 130 lesionados y 135 detenidos. No es ninguna novedad decir que los aficionados se enervan y cometen desmanes. Además, el consumo de alcohol y los accidentes aumentan.
La selección mexicana de fútbol no puede renunciar porque, aún cuando medio mundo sabe de su mediocridad, el negocio está en ser un instrumento del poder.
Los escritores de ciencia ficción del siglo pasado imaginaron que el poder emplearía elementos sofisticados para domeñar a las masas. Jamás hubiésemos imaginado que el fútbol, y los demás deportes, serían los principales instrumentos de dominación y control.
A partir del día en que México se enfrente a Sudáfrica el país entrará en la dinámica del tobogán. La realidad real dará paso a una realidad virtual donde los únicos ganadores serán los protagonistas del espectáculo; es decir, los futbolistas, la Federación Mexicana de Fútbol, TELEVISA, TVAZTECA y, por encima o detrás de ellos, el gobierno.
Durante un mes, todos los mexicanos (con honrosas excepciones) estaremos disfrutando nuestro "nembutal".
La historia, lo sabemos, será la clásica historia de la niña Paulette. Nadie será culpable de la derrota de México, todo será un accidente. Nuestro fútbol dará vueltas sobre la cama y quedará entre el colchón y la cabecera.
¿No es posible que la selección mexicana de fútbol renuncie al Mundial para evitarnos la pena y los excesos en bebidas alcohólicas, y los cientos de accidentes y las miles de horas de trabajo perdidas? ¡Ay, Mario, a veces te pasas de inocente!

lunes, 24 de mayo de 2010

ANTES DEL AMANECER



Salimos de la casa con el sol en alto. Salimos en busca de la noche.
Pronto dejamos las calles asfaltadas y caminamos por veredas. Por la temporada de estío la vegetación tenía un color de moneda de cobre. La camisa se nos pegaba como babosa. De vez en vez nos deteníamos en una sombrita y tomábamos agua.
Don Salomón nos había advertido que debíamos salir con luz porque no existe ningún hombre que haya encontrado la noche si sale de noche.
Llevábamos bastimento, consistente en taquitos de tortilla suave con chorizo con huevo, frijoles molidos con queso y chile de Simojovel, huevos duros, salero y cantimploras con agua pura.
Nosotros pensamos que los del pueblo se sorprenderían cuando se enteraran que realizaríamos un viaje en busca de la noche, pero nadie mostró ningún atisbo de estupor. Don Salomón nos advirtió que todo mundo realizaba, cuando menos una vez en su vida, un viaje cuyo objetivo era encontrar la noche.
Luego nos explicó que la dificultad no consistía en hallarla sino en despojarse de ella una vez encontrada. Es como una mujer, nos explicó don Sal, por esto la noche tiene género femenino. Cuando Mario le dijo que también la mañana y la madrugada eran femeninas, el viejo rió y dijo que la luz no oculta algo. La noche, recalcó, es como mujer traidora, es mujer de ojos y cabellos negros que pierde a los hombres en laberintos.
A las seis de la tarde nos sentamos debajo de una pochota, al lado de una encrucijada. Jorge dijo que convenía caminar por la vereda de la izquierda, Mario votó por ir en el camino de la derecha, el que conducía al río. Alfredo, abrió el libro y dijo, con voz impostada: “Se hace camino al andar” y sugirió camináramos por el montarral para abrir brecha e inaugurar un nuevo sendero. Mario ganó porque pensamos que sería buena idea encontrar a la noche bañándose en el río. La idea de Alfredo era una estupidez, ¿quién es el tonto que camina a través de espinales cuando ya otros hicieron el trabajo de desbrozar?
Justo en el instante en que el Sol se ocultó, Mario nos hizo la seña de que nos agacháramos. Por en medio de los bejucos vimos a la noche aparecer. Se desplazaba con la majestuosidad de una pantera, sin hacer el mínimo ruido, se podía decir que levitaba. Se detuvo un instante, como si presintiera la presencia humana, nosotros nos pusimos la mano en el corazón para sosegar sus latidos. Mario estaba emocionado, se limpió el sudor de la frente y dijo en voz baja: “¡Ya la hallamos! Es como una diosa”. Y la diosa se hizo una con la tierra, con la hierba, con el río y con el cielo. Y nosotros sentimos cómo ella nos abrazaba, nos llamaba como si fuésemos sus hijos. Nos acostamos en el suelo, antes que las estrellas aparecieran, antes que el venado bajara a beber agua, antes que la culebra dibujara sobre la arena de la orilla del río.
Al día siguiente, antes de amanecer nos despertamos y subimos al pueblo. Ahora sí todo mundo se sorprendió al vernos. Mario dijo que tal vez pensaron que no lograríamos encontrar la noche. “La hallamos -dijo-, le dimos la mano, la tuvimos así de cerquita”. Don Salomón salió a encontrarnos y nos dijo que todo el pueblo sabía que habíamos encontrado a la noche. El problema es que aún no nos habíamos deshecho de ella.
Y acá seguimos, a mitad del parque, sin saber cómo despojarnos de la noche.

sábado, 22 de mayo de 2010

LOS TEMBLORES INICIALES



Mario entró a la librería y, sin aviso, preguntó: “¿Cuándo fue tu primera vez?”. Dos clientes voltearon a verme, y abrieron sus bocas como abiertos estaban los libros en sus manos. En Mario había una urgencia. Era como si su espíritu se estuviera orinando y no resistiera más. Me senté en la banca de madera y a Mario le dije que me acompañara. Se sentó, se limpió la frente con un paliacate y esperó la respuesta.
La respuesta, lo sabe medio mundo, no es única. ¿La primera vez de qué? Los dos clientes se decepcionaron ante mi silencio y volvieron a los libros que curioseaban. Afuera llovía intensamente.
Para don Eusebio, dueño de la librería, es bueno que llueva. La gente que se ve atrapada en el diluvio de la calle entra a la librería y, a veces, compra algo. La lluvia es buena promotora de la lectura.
¿La primera vez de qué? No sé los demás, pero yo no tengo buena memoria. No recuerdo con precisión el instante en que vi el Sol por vez primera, el instante cuando una niña bonita tocó mi mano por primera vez. Es más, no sé cuándo alguien me preguntó por primera vez cuando fue mi primera vez. Es una pregunta tan sobada, que a veces pienso nunca hubo una primera vez.
¡Miento!, sí recuerdo la primera vez que estuve frente al mar. No sé qué mar era, pero sí recuerdo la ola de asombro que me cubrió.
Miento, sí recuerdo la primera vez que mi papá ya no estuvo a mi lado. Caía una llovizna en el instante en que su ataúd era enterrado.
Pero no sé cuándo leí la primera palabra, cuándo balbuceé la primera letra, cuándo dejé de gatear y logré hacer mi primer “solito”.
No sé en qué momento descubrí el fuego por primera vez, ni cuándo tuve mi primer sueño, ni cuándo entré a la primera cantina.
No recuerdo a la primera muchacha bonita que me dejó tocarle un pecho; tampoco recuerdo el momento en que tuve sexo por primera vez. Recuerdo, en cambio, la primera vez que fui al prostíbulo, entré al cuarto con una chaparrita simpática y no logré hacer algo porque no tuve una erección. Recuerdo el día, más bien la tarde, en que recibí el documento de pasante en la facultad.
Conforme pasan los años voy recordando más “primeras veces”. Pero no recuerdo la primera vez de muchos actos. Es triste, porque los entendidos dicen que nuestro Ser está marcado con las primeras acciones. Mis complejos más acendrados tienen su origen en la primera vez que tuve miedo en la oscuridad de un cuarto, en la primera vez que cerré los ojos ante el peligro, en la primera vez que no me atreví a cruzar el puente.
Dejó de llover y los potenciales clientes dieron las buenas tardes, agradecieron y salieron sin comprar nada. Don Eusebio sonrió y siguió fumando. Mario se paró, volvió a sacar su paliacate, se lo colocó alrededor de la nuca y se despidió. Don Eusebio sonrió y siguió fumando. Me di cuenta que la pregunta de Mario no era urgente, fue un simple pretexto para pasar el aguacero a cubierto. Me di cuenta que no era la primera vez que me hacían la pregunta. Es una pregunta tan sobada. ¿Cuándo fue la primera vez que pensé esto?

viernes, 21 de mayo de 2010

BANQUETAS MÁS SEGURAS



Remozan la avenida central de Comitán. Un buen tramo, de la esquina donde estaba el "Café Gloria" (casi enfrente de la casa de Doña Lolita Albores, mujer maravillosa, quien falleció hace algunos años) hasta la esquina del templo de El Calvario, recibe una manita de gato, pero de angora, porque está quedando muy bien. Hasta donde ha sido posible, los urbanistas armonizaron las fachadas y hoy ese espacio tiene una imagen mucho más digna.
Corrió el rumor de que "forrarían" con laja las banquetas. La mayoría de comitecos no estuvo de acuerdo con tal medida, por el riesgo que para los peatones implica. Por fortuna, no fue así. Ayer aproveché caminar por ahí y hallé que las banquetas únicamente tienen laja en las orillitas. En el tránsito peatonal están colocando piedrín y cemento, una textura antiderrapante que no contraviene con el entorno arquitectónico.
Si en algún instante el rumor tuvo fundamento, parece que la autoridad municipal escuchó a la mayoría que solicitaba se evitara el desacierto. ¿En Comitán "el peatón es primero"? Pues ahora me corresponde decir que ya se dio el "primer paso" en firme para creerlo. La sensibilidad de la autoridad permitió que, de ahora en adelante, cuando menos en ese tramo, los peatones puedan caminar de manera segura sobre las banquetas (ojalá que las entradas a las cocheras tengan soluciones correctas). Felicidades pues al Presidente Municipal. ¡Con decisiones de esta naturaleza, Comitán sale ganando! ¡Ganamos todos!

jueves, 20 de mayo de 2010

FOR KIDS


Mi mamá me puso el suéter y salimos. La tarde era luminosa, la luz caía como una lluvia de pétalos. Yo tenía ocho años y estudiaba el tercero de primaria. Iba emocionado, porque entraríamos al cine. Era domingo: día de cine. Llegamos al Cine Comitán y, mientras mi mamá compraba los boletos, me entretuve en los cartelones de las películas por exhibirse. Siempre encontraba un mundo diferente al que tenía a la mano. Por el cine supe que existían ciudades que tenían edificios de muchos pisos (rascacielos le llamaban en ese tiempo); supe que no sólo perros y gatos habían en las calles; en un lugar de la India una retahila de monos trepaba sobre todos los techos de las casas. Por el cine supe que existían mujeres como Brigitte Bardot; que había algo que se llamaba mar y que ahí navegaban trasatlánticos. Por el cine supe que en algún lugar de África vivía Tarzán, el rey de los monos; y que Marte estaba lleno de marcianos que viajaban a la tierra para llevarse terrícolas y hacer experimentos con ellos. Pero Santo, el Esmascarado de Plata, estaba ahí para salvar a Lorena Velázquez y evitar que los marcianos hicieran travesuras interplanetarias con ella.
Mi mamá me llamó y me dijo que ese día no entraríamos al cine porque la función era "Sólo para adultos". Exhibían "Los Olvidados" de Luis Buñuel, y ya el Padre Carlos, en misa de siete, había dicho que la clasificación de la cinta era "C" y esto significaba que los niños no podíamos entrar. Mi mamá me llevó al parque, me compró un helado y nos sentamos en una banca. Luego llegó mi papá y se enteró de la restricción. Él esperó que termináramos la nieve y luego nos dijo que entraríamos al cine. El taquillero vendió los boletos, porque ya todo quedaba "bajo la responsabilidad de mi papá"; es decir, mi papá (por aquello de la patria potestad)poseía la capacidad para transformar el letrero de "Sólo para adultos" en algo como "Sólo para adultos y niños acompañados de sus papás".
Mi papá no se equivocó (nunca se equivocaba). Por el morbo fue una de las películas que más atención puse y transformó mi visión del arte. Por el cine conocí que la vida también está llena de "olvidados" y esto lo aprendí a los ocho años, gracias a mi papá. Que Dios bendiga el séptimo arte, que bendiga a Buñuel y a mi papá.

miércoles, 19 de mayo de 2010

CARTA A DÁMARIS, DONDE SE CUENTA DE CÓMO EL CIELO ES AZUL



Querida Dámaris, esta columna periodística es una ventana donde se asoman los lectores; por esto, un principio básico establece su uso estricto para asuntos públicos. Pero vos y mis lectores y yo sabemos que, por la frecuencia en que nos vemos, somos como una familia; así pues, ahora uso esta columna para un asunto particular y lo hago con una garganta en el nudo. Con ese nudo que el destino te acaba de engarzar para siempre.
Me enteré la tarde de sábado, una tarde lluviosa. Acababa de regresar de un viaje al Parador Museo Santa María. Encendí la computadora y entré al blog de Luis Daniel Pulido y ahí leí un poema bien bonito que él te dedicó. En tres versos estaba descrito el nudo: “Supe, a eso de las dos de la tarde, / y por Nadia Villafuerte, / que tu mamá murió”.
Luis Daniel lo supo por Nadia y yo lo supe por él. ¿A vos quién te avisó? ¿Qué mano tomó tu mano para advertirte el instante en que la luz de tu mami se apagó en el cuarto?
Te escribo como si las palabras fueran un rescoldo de fogón, como si fueran aves posadas en el árbol que ahora crece solo en medio del patio. Te escribo porque sé que mis lectores y tus lectores también prenden una vela para acompañarte en este instante.
El poeta lo supo por la escritora y yo lo supe por la palabra del poeta. Por esto, ahora intento este abanico de palabras para avivar el fuego del anafre que es tu corazón. Pero vos y yo y Luis Daniel y Nadia y nadie sabemos que no hay palabra que sirva como vela para impulsar el barco de la ausencia de tu mamá; vos y yo sabemos que el cielo es azul de día, cuando el sol juega, pero ¿adónde se va la luz cuando los ojos se cierran? ¿Adónde está ahora el sueño de la vida?
Las palabras no sirven de nada. La palabra del hombre es como él: ¡frágil! Frágil el lazo que detiene el columpio, el tablón del desván, el puente que une dos orillas. Frágil el cristal de la ventana, el espejo del armario, el hilo de la memoria. Frágil la taza donde bebemos el café, el alambre donde intentamos el equilibrio, la distancia entre la luz y la sombra. La palabra es como el agua, se evapora con el más leve toque del fuego.
Los hombres somos frágiles, por esto enredamos nuestra garganta en el nudo, como si nos soñáramos canarios y nuestro canto pudiese ser el hilo infinito.
Vos y yo sabemos que no hay palabra brasa, no hay palabra ungüento. Los que saben dicen que el vacío lo calienta el agua del tiempo. Mientras eso sucede, ahora que la teja de tu techo está húmeda, podés invocar el silencio, porque ahí está la palabra de Dios. La única que no tiene asideros en gargantas ni en nudos; la única que es como el hielo eterno.
Sé que nuestros lectores disculpan que esta Arenilla cuente algo tan tuyo, tan infusión de tu alma. Lo sé, porque después de nada, cada vez que una madre se ausenta algo de la luz de este mundo se extravía.
Ahora vas a querer tocar la mano de tu mamá y tu mano se quedará suspendida en el vacío. No intentés, querida Dámaris, palpar las alas de tu mami en el exterior. ¡No la hallarás ya más! Poné la mano en tu corazón, ¡ahí está tu mami luminosa! A partir de hoy ahí estará siempre. Los humanos nos resistimos a aceptarlo, pero Dios es misericordioso y nos hace la travesura del enroque para que siempre, siempre, la luz de los ausentes brille en nuestro interior ¡por toda la eternidad! ¿En dónde más cerca el corazón de la madre que en el corazón de la hija? Un abrazo, bonita. Un abrazo con todo mi afecto para vos y para los lectores que son generosos y permiten estos abrazos íntimos en público.