sábado, 27 de octubre de 2007

El cielo de todos los cielos

Tal vez en los cuadros surrealistas es en donde aparecen más cielos. Los impresionistas dejaron sus buhardillas y salieron ¡a la luz! Pero, tal vez, los surrealistas son los creadores que más cielos han colgado en el cielo.
Mi vida está cifrada en una deliciosa rutina. Hay días en que esa rutina se interrumpe. Ayer dejé mi buhardilla y fui a saludar a Carlos. Carlos participó en un Congreso de Poesía, organizado por la Universidad Autónoma de Puebla (ahí también saludé a más poetas chiapanecos: a Gustavo Ruiz Pascacio (voz mayor), a Marcos Fonz y a su pareja, a Enrique Mellanes y a Óscar Herrán).
¿Cuántos años hace que no veía a Carlos? No sé con certeza, pero tal vez más de diez años. Hallé a Carlos afuera del salón de conferencias, lo saludé y la plática fue como si el espíritu de Fray Luis de León rondara por ahí, y junto con él dijéramos: "y como decíamos ayer", hay cielos que son intocados.
Después de su conferencia, Carlos me acompañó a comprar unas bisagras para unas cajitas de madera. Y es que las bisagras son necesarias en la vida: ayudan a abrir ventanas. Caminamos un poco sin rumbo fijo y en una esquina hallamos un aparador con máscaras de luchadores. Carlos, precisamente, buscaba una máscara para llevarle a su hijo Santiago. Y es que Carlos pone nubes a diario en "El camino de Santiago".
Mientras caminamos de regreso, Carlos se entretuvo en ver la cantera de los edificios circundantes. Son tantos siglos que ahí se dan la mano que de pronto uno piensa que el tiempo tiene huecos. Al llegar al atrio de San Juan, al lado de la rectoría, Carlos dejó de ver el horizonte y miró el cielo. No sé, pero yo creo que Carlos practica a diario un camino de ascención. Su ponencia tuvo esa característica que siempre lo ha definido: la pausa justa. Carlos se detiene a cada instante, en tanto camina, saca la cámara interna y toma la foto de algún cielo que percibe, que se asoma en medio de los árboles, que juguetea en algún patio o en la penumbra de alguna vecindad.
Es simpático leer en la ficha biográfica que Carlos es "candidato a Doctor en Humanidades y Artes", suena a algo como un bordado barroco, pero así es, un día de estos Carlos obtendrá su doctorado y seguirá dando clases en la maestría, en el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica; y seguirá caminando su camino de Santiago; y seguirá colgando cielos en todos los cielos.
Ayer interrumpí mi rutina. A veces vuelo por otros cielos y encuentro que hay hombres que no caminan por la vida con la cabeza agachada, como si buscaran alguna moneda extraviada en el suelo.