lunes, 29 de octubre de 2007

Huecos blancos

La ciencia habla de "agujeros negros" en el universo, entidades incomprensibles para los que no somos cientificos. Los agujeros negros "chupan" la energía y la llevan quién sabe a dónde.
No sé, pero en esta dimensión hay algo que bien puede llamarse "hueco blanco". Hay huecos incomprensibles.
Como todo pasadizo permite el paso de aquí para allá y viceversa. A veces algo de lo nuestro debe colarse (¿quién sabe qué travesuras hace nuestra energía en otra dimensión?); a veces algo de los "otros" universos se cuela y hace travesuras en nuestra dimensión.
Angelina jura y perjura que tiene un "fantasmita" en su casa. La casa es de construcción reciente y sin embargo una entidad se mueve por entre sus muros. A veces, en plena madrugada, el fantasmita se pone a jugar con los trastos de la cocina. El esposo de Angelina se desespera en ocasiones y grita: "¡Ya cabrón, no chingues, deja dormir!", y Angelina jura que el fantasmita deja de jugar, como si el regaño lo enviara a una esquina. Angelina, entonces, siente compasión, se levanta y, en voz baja, le canta canciones infantiles. Apenas unos minutos, no vaya a enojarse su esposo y le vaya a gritar a ella también.
Hay huecos, sé que hay huecos que bien pudieran llamarse huecos blancos.
En Comitán también oí varias historias de éstas. Una vez (ya lo conté en mi libro "Crónica de un viaje a Comitán") el hueco se abrió y un "fantasmita" me volvió a la vida, ¡a esta dimensión!