Uno de los candidatos de la pasada contienda electoral propuso hacer un museo de arte contemporáneo en Comitán. Fue una ocurrencia infeliz. Comitán no necesita un museo de esas características. Estos recintos están destinados para las ciudades más cosmopolitas. ¿Por qué no pensar en algo más sencillo? ¿Por qué no, por ejemplo, la nueva autoridad municipal contempla la idea de fundar el Museo de la Ciudad de Comitán? ¿Por qué no acondicionar un lugar en donde se exponga la cultura comiteca?
El lugar podía comenzar de manera modesta. Basta recopilar una serie amplia de fotografías de todos los tiempos y exhibirlas en hermosas vitrinas de madera y cristal, con la debida iluminación. Este acervo podría dar cuenta exacta del carácter del pueblo. En el instante luminoso de la fotografía (en blanco y negro, en sepia o en color) se concentra la vida. Comitán es un pueblo lleno de vitalidad, es un cántaro lleno de agua limpia (aunque a veces hay ingratos que insisten en ensuciar ese agua de La Pila de nuestro corazón).
¿Un museo de arte contemporáneo en Comitán? Mejor algo más sencillo, más nuestro, ¿no?
Creo que es preciso recordar que, en estos tiempos de globalización, la cultura local es lo que hace la diferencia. Acercar la aldea local a la aldea global es el ideal de la civilización.
E l secreto de los escritores más grandes consiste en escribir acercad de pueblos sencillos y cercanos. "El Macondo" de García Márquez tiene dimensión universal y no es más que un pequeño poblado oculto en medio de la selva tropical.
Comitán es un pueblo de ensueño, sólo basta mostrarlo con orgullo a todo el mundo para que todo mundo hable orgullosamente de él.
Antes, antes, los comitecos somos los primeros que debemos sentirnos orgullosos de ese pueblo maravilloso.