Conocí a Andrea niña en Comitán. Su papá y yo tomábamos una cerveza, a veces, y ella asomaba en algún corredor. Su carita asomaba en medio de los helechos y de alguna jaula que era casa de un loro. Había en el carácter de Andrea algo inasible, como si tuviera un agua de sueño sólo para ella.
Hoy Andrea adolescente estudia en la Pontificia Universidad Javeriana, de Bogotá, Colombia. Hoy recibí una invitación, enviada por su papá, para asistir al VII Salón Javeriano de Artes Visuales, en donde estará expuesta parte de la obra de Andrea. La noticia me dio gusto, me encanta la idea de saber que Andrea enreda el agua de sus sueños en tierras de García Márquez. Comparto el gusto con mis lectores porque una comiteca vuela otros cielos y siempre es bueno que los comitecos extendamos los ríos de la patria. Un abrazo para Andrea Nucamendi Siliceo.