Anunciarán el ganador del Nobel de Literatura, la próxima semana. Es el premio más importante del mundo. Ningún escritor sueña con ganarlo hasta que comienza a soñar. Carlos Fuentes es uno de los eternos nominados. Hoy está sonando su nombre, y dicen que cuando el río suena es porque en lugar de agua lleva panderos.
¿Y si fuera Carlos Fuentes? No, este año tampoco será. Mario Vargas Llosa (otro eterno nominado) no está sonando este año. Es probable que él sea.
¿Y si fuera Carlos Fuentes? Sobre mi mesa tengo "Aura", tengo esta novelita a manera de copa de champaña. Porque los premios literarios no se conmemoran con vino, su celebración tiene que ver con un racimo de nubes, con un confeti de viento.
Si Carlos Fuentes ganara el Nobel de este año invocaría las marimbas y los tololoches de mi pueblo y danzaría. Pero Carlos no ganará este año (tal vez el Nobel no lo gane nunca).
Me gusta su estilo, admiro su capacidad de leer su propia obra (hay tantos escritores que son pésimos lectores), admiro su vida de junco ante la adversidad. Tolero su entrega al modo de ser de los gringos. Dicen que Carlos ya es también un "gringo viejo".
Aunque no gane, releeré "Aura", sólo para conmemorar que un día la leí sobre alguna nube en cielo comiteco.
