martes, 23 de octubre de 2007

Las cosas simples

¿Cómo comienza un sueño? No lo sé. Ahora, mientras escribo, hago una pausa y voy a la ventana. Veo el cartel pegado sobre el poste de luz. Ayer no estaba. Debieron colgarlo durante la noche. El cartel promociona el concierto de Sabina y Serrat. Se presentarán en Puebla un día de noviembre.
¿Cómo comienza un sueño? No sé. Tal vez un día Joaquín y Joan Manuel coincidieron en algún lugar y uno de los dos tuvo una ocurrencia. "¿Y si hacemos tal cosa?", dijo uno y el otro recogió el sueño como si fuera suyo.
Tal vez los sueños comienzan así. Tal vez todo comienza así.
Cada sueño encierra una aventura. Las grandes creaciones del hombre han comenzado como un sueño. "¿Y si...?" se preguntó Gandhi, lo mismo se preguntó Picasso. Lo mismo se pregunta cada hombre que cree que es posible sembrar trigo sobre el cielo.
Raúl Espinosa, con sus caricaturas, se hizo algún día esa pregunta; Luis Armando, con su "Entretejas", igual. Lo mismo hicieron Cadomi, Carlos Rojas y demás periodistas que hoy conforman la red. Lo mismo hizo Carlos Gordillo con su página de Comitecos punto com.
Desde mi ventana veo el cartel. El poste es de esos arbotantes especiales para bulevard, de esos árboles metálicos que se dividen en dos ramas en su parte superior para iluminar las calles paralelas que divide el camellón. El cartel (¡qué coincidencia!) también tiene esta estructura. De la base salen los torsos unidos de los cantantes. Cuando se abren, se abren en sonora carcajada. Serrat, a la izquierda, y Sabina, a la derecha, tienen los rostros elevados al cielo y ríen, ríen, como si la vida no fuera más que un simple juego, una mera ocurrencia, un instante en donde un hombre se pone serio y dice: "¿Y si...?"
Mientras escribo hago una pausa y me acerco a la ventana. Veo el cartel y oigo la risa de ambos. ¡Qué brutos, parece que disfrutan la vida de más! Parece que disfrutan el juego del sueño.
¿Cómo comienza un sueño? Tal vez basta abrir los ojos, mirar, ponerse de pie y comenzar a caminar.