viernes, 13 de marzo de 2009

GRANOS DE ARENA (11)


DE PAREDES QUE SON COMO VENTANAS
El niño confundía la palabra entrar con la palabra salir. Un día que se portó mal adentro del salón de clases, la maestra le dijo: “Sal” y él entró. La maestra lo reportó por desacato. La directora llegó al salón y le preguntó: “¿No quieres salir, verdad?”, el niño contestó: “Ya salí”. La directora, sorprendida, dijo que esa era una reflexión filosófica sin par. La maestra tuvo que ponerle diez y, en el homenaje a la bandera del día lunes, el maestro de ceremonias anunció que la directora le impondría la medalla al mérito. Cuando el maestro pidió al niño que entrara, él salió de la escuela y no volvió jamás.

POR LOS PASILLOS OSCUROS DE LA LUZ
Padecía un daltonismo especial: confundía el negro con el blanco. Su mamá, a las siete de la noche, le decía: “Ya, métete, ya oscureció”, y él obedecía sin comprender porqué su mamá lo obligaba a entrar precisamente cuando la noche comenzaba a aclarar.

DE INTOLERANCIAS Y MAMILAS
El viejo bibliotecario se equivocó. A la hora de colocar el tomo número 9 de la Nueva Enciclopedia de Flora Chiapaneca lo colocó al revés. A la mañana siguiente el tomo número 6 pensó que el 9 quería usurpar su lugar e inició una campaña de desprestigio: “¿Ya viste 7, el 9 es volteado?”. Y de “tomo gay” no lo bajaron (se quedó sobre el anaquel toda su vida, así: volteado).

PREGUNTA INÚTIL
Si hay una época de posguerra, ¿por qué no hay una época de pospaz?

LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN
Madame Nicole vive en las Lomas de Chapultepec. Hace dos años le escribió una carta a doña Conchita, una prima que vive en San Cristóbal de Las Casas y es auténtica coleta. Madame pidió le enviara una muchacha sencilla para que trabajara como empleada doméstica en su residencia. Doña Conchita le consiguió una muchacha de por el rumbo de Tenejapa. Cuando Petrona llegó a la ciudad de México, la madame dijo que ese nombre no era conveniente, la rebautizó como Petris. Después que a Petris le dio un curso de modales, madame organizó una reunión con sus amigas del Club de las Damas del Buen Decir. Cuando la reunión estaba en su apogeo, madame tomó una campanita y la hizo sonar. La muchacha chiapaneca apareció y su ama dijo: “Petris, sirve el vino, por favor”. La sirvienta, con toda propiedad, dijo: “Sí, madame” y se retiró. Doña Abundia del Coral hizo notar la corrección de la mucama, pero doña Esperanza de Calderón y de La Vega mencionó que el nombre no era apropiado para una sirvienta de clase. “Lástima que se llama Petris. Ahora que fui a Malasia subí a las torres más altas del mundo: las Torres Petronas. ¡Estos nombres son lo nice ahora, lo de caché! ¡Ay, Nicole, le cambiaras el nombre, ya ves que éstas aguantan todo!”.

DE MINOTAUROS Y OTROS ANIMALES MÍTICOS
La gente no lo sabe, pero los laberintos fueron pasajes lineales de niños. Las torceduras de la vida les dieron esa forma de culebra misteriosa. La gente no lo sabe, cree que la vida es como un pasaje lineal.

COLOFÓN
Una chiapanaca es aquélla que va al Carnaval de San Juan Chamula y pide que, cueste lo que cueste, le den un asiento preferente en “El Sambódromo”.