domingo, 18 de noviembre de 2007

La bitácora de Roberto Coello Trejo

Como cada semana, don Roberto me envió copia de su columna periodística. ¡Va para los lectores de este cuaderno de apuntes!

¿Qué les espera a los maiceros?

Roberto Coello Trejo

Dentro de 41 días, conforme a los acuerdos del Tratado de Libre Comercio, TLC, se abrirán las puertas de la frontera norte de par en par para que dentro de muchos otros productos que son vitales para la alimentación de la sociedad mexicana, puedan cruzar la frontera como Pedro entra por su casa.

Para los señores que cultivan y exportan tomate, fresa, plátano, entre otros y que representan la minoría de los hombres que hacen producir la tierra en este país el negocio se habrá redondeado y los dólares fluirán de acuerdo a la cultura empresarial y comercial que poseen. Para ellos, el TLC con el que Salinas de Gortari trató de ubicarnos en el primer mundo, constituye una auténtica conquista. Lo grave es que se estará beneficiando, tal vez, ni al diez por ciento de los productores agrícolas de este país.

Desde que entró en operación el TLC, aquel fatídico primero de enero de 1994, nos preocupó más el futuro de los hombres del campo que el ¿levantamiento armado con rifles de maderas? La razón era simple. El principal cultivo de los chiapanecos era el maíz y ya andaba, pese a las “mentiras” de la “mazorca de oro”, en la que muchos seudolíderes se hicieron Mulas Pedro, ya estaba en decadencia situación que avisoraba, te acuerdas Chavo las discusiones que teníamos al respecto, que el hecho constituía la sentencia de muerte para los que tenían como única vocación el cultivo del maíz.

En menos de dos meses se abrirán las puertas de la frontera y con ello el trasiego del grano se institucionalizará con todas las de la ley, y si en estos momentos es más barato comprarlo que producirlo, pues ya es hora de que empiecen a hacer sus cuentas.

El tema no es nuevo. Años han pasado y poco o nada se ha hecho. Más bien, en el sector agrícola nada, como lo acaba de demostrar el Fondo Monetario Internacional (FMI) que ubica a México, por lo que respecta al crecimiento en el (PIB) Producto Interno Bruto, por debajo de Haití; esto es en el renglón agrícola de los países de América Latina, incluyendo los caribeños Haití y la República Dominicana, mismos que hasta hace unos años estaban por debajo de México y como las naciones con menor crecimiento.

Inaudito, aberrante, ilógico pero desgraciadamente cierto porque nuestra clase política, la que tiene que ver con el campo aquí, allá y acullá, están más preocupados en otros menesteres que ver que cuando menos se produzca lo que se consume.

Por ejemplo, el Banco Mundial a sugerido a México la diversificación de los cultivos; cultivos de mayor rentabilidad para aliviar el impacto que se vive con las crecientes importaciones de maíz, ya que la institución afirma que no hay tierras que producir; si hay miles de hectáreas que están abandonadas e improductivas por muchas razones, pero esencialmente porque no ha existido el intereses de los gobiernos, no de las organizaciones dizque sociales, sin importar las siglas, para crear programas y proyectos productivos que cuenten con tecnología moderna, con créditos blandos y oportunos y sin las lacras que representan los “coyotes de dos patas” que no sólo han hecho más ricos a los Masecos, sino que abusan de la ignorancia de productores que se dedican a otros cultivos y que les compran el producto cuando aún no se cosecha.

Dice el Banco Mundial que la cosecha de maíz en México no ha bajado. Debemos suponer que son informaciones con dotes mercantilistas que no engañan a nadie. Chiapas por ejemplo llegó a producir 900 mil toneladas de maíz; producto que satisfacía el consumo interno y exportaba a otras entidades sus excedentes. Hoy, por más que lo quieran hacer creer, no se producen ni 400 mil toneladas. La mayor parte que se produce es para consumo interno. Sin embargo pese a que lo anterior se sabe, ya que no se puede tapar el sol con un dedo, preguntamos ¿qué ha hecho el gobierno para apoyar la producción de maíz?

Si ha hecho. Ha instrumentado programas en los que ha entregado coas, machetes, molinos y otros enseres así como un tractor por región que se lo “rolan” entre los campiranos para preparar sus parcelas, sembrar y si les da tiempo cosechar. Eso ha hecho el gobierno en lo que se refiere a la producción de maíz. Ignoramos si estén en marcha otros programas y proyectos, y si estos cuentan con los apoyos crediticios y los canales de comercialización que son fundamentales y con ello evitando que las carreteras se conviertan en alfombras de papaya o sandía, por citar dos productos en los que han invertido no precisamente campesinos sino hombres de negocio, que se dieron hasta el lujo de montar oficinas en Nueva York.

No conocemos de ningún otro programa y menos proyecto que vaya en auxilio de los maiceros. Nos hablan del café orgánico como si éste fuera un descubrimiento. Todo el café que se produce en Chiapas es orgánico, ¿por qué? pues simplemente porque los miles de miserables productores si no tienen para comer menos para comprar fertilizantes cuyos precios son inalcanzables. Todo el café es orgánico y son los coyotes, incluido el que se tranzó unas tarjetas de crédito del que fuera su patrón hace algunos años, los que se benefician de la ignorancia de los productores. No conocemos que esté instrumentando el gobierno del estado en coordinación con el federal para ir en auxilio de los maiceros, que si siembran será con capital externo pero de aquellos que ya vieron en el maíz el futuro energético y no para consumo humano.

Como puro dato ¿saben cuento cuesta al productor sembrar, por ejemplo una hectárea de plátano? Bachichas; 60 mil pesos. Será que los que no tienen para comer o se van de braceros se pueden dar ese lujo? Lo dudamos.

Lo cierto es que a los maiceros les llegó la hora y están a la espera de Hechos y no Palabras, al margen obviamente de los daños que dejaron las lluvias y aún no han sido cuantificadas.

Como corolario de estos comentarios, les diremos que hace unos días, allá en la capital oaxaqueña hizo acto de presencia el secretario de Agricultura, don Alberto Cárdenas, que hizo entrega de un cheque de 38 millones de pesos para apoyar a los productores de maíz, con tan mala suerte que el famoso cheque no tenía fondos.

Con estos ruidos y los daños que dejaron las lluvias que al inicio fueron minimizadas -ahí está la prensa- y con los ofrecimientos del presidente Calderón, los campesinos “jodidos” del país le darán la bienvenida al Tratado de Libre Comercio.